domingo, 5 de mayo de 2013

VI Domingo de Pascua

Jn 14, 23-19

Y dijo Jesús: si alguien me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada junto a él.

El que no me ama no guarda mis palabras.

Y la palabra que escuchais no es mía, sino del Padre que me envió.

Os he hablado de esto, permaneciendo con vosotros. Pero el defensor, el Espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todo y os recordará todo lo que yo os dije.

Paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da os la doy yo.

No se conmocione vuestro corazón ni tenga miedo.

Escuchasteis que yo os dije: "Marcho y vengo a vosotros"; si me amarais, os alegrariasis de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo.

Y os lo he dicho ahora, antes de suceder, para que, cuando suceda, creáis.

 
El texto que hoy se presenta, en su génesis, es un texto con añadiduras posteriores ya evolucionadas, distintas escuelas que viven una determinada situación a la que intentan hacer frente. Las comunidades juánicas, quieren insistir en la ética como criterio de separación del grupo creyente frente al "mundo".
Trata el tema del Espíritu para definir la experiencia pascual. El Espíritu es el que irá desvelando a los creyentes el sentido profundo de revelación de Jesús.
Trata la bendición de despedida: la paz de Jesús, y la alegría del emisario que abre una nueva situación salvadora para los creyentes. El sentido de su muerte no debe ser causa de angustia, sino de fe y confianza.
 
Parece que Jesús insiste una y otra vez con el tema de la unidad: el Padre y yo somos uno, el Espíritu del Padre y el mío son una sola cosa. Mi palabra y su palabra, su paz y mi paz...¿A qué paz se refiere?¿De qué legado habla?
No es una paz conocida, no es la paz del mundo. Se trata de una paz no dual que abarca tanto situaciones de alteración como serenas, una paz que está anclada en lo profundo, en lo que en realidad somos: imagen de Dios, paz a descubrir. Lo que hace que nuestro corazón no se acobarde a pesar de las dificultades: PAZ, nuestra esencia.
Los seguidores y seguidoras que le aman, seguirán haciendo su Reino, transformando este mundo. El Espíritu sopla libre en los que creen que es posible, en los que no se dejan vencer, en los que acogen su Buena Nueva y la viven, en los que expanden su perfume.

 
¿Quieres compartir lo que a tí te dice la Palabra de hoy?

 

 

1 comentario:

  1. Creo que cuando un hombre (o mujer) es capaz de alinear su mente, su palabra y su corazón, encuentra su paz. Y es entonces cuando puede ofrecersela a los demás.

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