La
reconstrucción del cristianismo de los orígenes es siempre una interesante
aventura, sin que por ello deje de ser
una empresa ardua e ingente. Una de las cuestiones más interesantes es poder
constatar en el Nuevo Testamento todo un “mundo”, cuyas figuras dominantes son
Jesús y sus seguidores. Sin embargo, en el “mundo del Nuevo Testamento”, nos
encontramos con una vasta diversidad de cosas; cambios en todos los sentidos;
así como también una variedad de comprensiones que conviven y tienen como su
núcleo la proclamación de la fe en Jesús de Nazaret. Una de estas grandes
diferencias es la que se plantea en torno a la relación entre Jesús y Pablo; es
claramente ostensible la diferencia existente entre el Jesús que anuncia el
Reino de Dios y el Pablo que parcamente habla de él. ¿Por qué este cambio?
La cuestión ha
estado siempre en el tamiz de las discusiones, llegando a convertirse en un
tema tópico. ¿Por qué, el que era sujeto del anuncio del Reino se convierte en
Pablo en objeto de su predicación? A esta, y otras cuestiones, se aproxima el
libro del Prof. Rafael Aguirre que ahora presentamos, Ensayo sobre los orígenes del cristianismo. De la religión política de
Jesús a la religión doméstica de Pablo (Verbo Divino, 2001). Desde una
visión general -y fragmentaria como lo reconoce él mismo- aborda el paso del
anuncio de Jesús a la predicación de Pablo de Tarso, o como lo domina él, el
paso «de la religión política de Jesús a
la religión doméstica de Pablo».
El ambiente
religioso (judaísmo) en que nace y crece Jesús, es un ambiente complejo;
cargado de muchos contrastes; caracterizado por las más variadas comprensiones
e interpretaciones. Es allí donde se fragua su propuesta y su anuncio, la
proclama del Reino; su impacto como proyecto de revitalización del judaísmo
será de un nuevo estilo y de notables alcances, abierto a la universalidad, a
todo Israel. Pero este anuncio se transformará rápidamente, cuando Pablo, en su
intento de adecuación, lo difunda a través de una red de comunidades inclusivas,
mestizas, heterogéneas y muy ágiles. El movimiento paulino reformuló y
funcionalizó radicalmente en un contexto social diferente el movimiento de
Jesús. En aquel tiempo se extendía la civilización urbana por la cuenca del
Mediterráneo. Las ciudades como forma de organización de la convivencia
suponían una auténtica revolución social y cultural
La evolución del
movimiento de Jesús al movimiento paulino, es decir, el cambio de las
situaciones sociales de Jesús en Palestina a las de la cuenca del Mediterráneo,
quedó reflejado también en una serie de aspectos como la paz, el significado del
extranjero, la libertad y el poder; sobre los que vuelve el Prof. Aguirre y aborda en una sugerente
reflexión.
Glen Aráuz, OSA
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