COMERCIO JUSTO

Mucha gente pequeña, haciendo muchas cosas pequeñas, en muchos lugares pequeños, puede cambiar el mundo.

 

 

Gracias al comercio justo (CJ), 1.5 millones de productoras y productores en situación de marginalidad social y económica logran pasar de la inseguridad en los ingresos percibidos a una autosuficiencia económica y propia. Indirectamente, se benefician de este sistema unos 5 millones de personas en 50 países del Sur.

Lo interesante de este sistema es la complementariedad de los criterios, esto permite que el trabajo de las cooperativas implicadas tenga realmente un impacto duradero en sus comunidades de origen.

Un estudio sobre cooperativas de café demuestra que una de las aportaciones del CJ más valorada por los cafetaleros encuestados es la de tener una voz dentro de la cooperativa de la que forman parte. Ser partícipes del cambio.

La participación es también importante para los consumidores que adquieren de manera habitual sus productos de CJ. Vivimos en un ambiente de catastrofismo en el que desconocemos el valor exacto de lo que consumimos. Los consumidores somos esquizofrénicos: exigimos unas condiciones laborales a la altura de nuestro mérito, a la vez que queremos dotarnos de productos esencialmente baratos, despreocupándonos de las consecuencias.

Ultimamente nos asaltan escándalos escalofriantes: ya no sabemos qué es lo que comemos.

Hablemos de Consumo Responsable y Transformador, pues podemos decidir qué iniciativas apoyar a través de nuestro consumo. Son muchas las prácticas comerciales que centrándose en el máximo beneficio para unos pocos provocan situaciones humanas y ecológicas desastrosas. Pero también son cada vez más las iniciativas que con criterios de sostenibilidad social y ambiental contribuyen a hacer del mundo un lugar más equitativo para todas y todos.

 

¿Conoces ya las tiendas de "Comercio Justo" de tu ciudad?