La situación actual de la
teología (y de los teólogos) en España
Por : Federico Pastor Ramos.
Publicado en Alandar nº272
No es
cuestión de hacer historia de la teología en nuestro país. Pero, salvo hasta
después del Concilio, la teología española de los últimos siglos no destacó
prácticamente en nada, si no es en su tradicionalismo y cerrazón, talante
clerical y conservador, lejana de los ambientes sociales modernos. Las causas
son múltiples y hasta se podrían señalar algunas excepciones, o señalar
factores que influyeron en la evolución posterior, pero ya he dicho que no se
trata de hacer historia más o menos antigua. En general, creo que se puede
aceptar el diagnóstico señalado y me parece que no pocos de los que estudiamos
y leímos teología hace cuarenta y cincuenta años –o más– coincidirán en él.
La situación
comenzó a cambiar y de hecho cambió radicalmente en los años sesenta y décadas
posteriores. Probablemente hubo pocos lugares donde el aire renovador del
Concilio se hiciera sentir tanto como en el panorama teológico español. Y de
esa renovación todavía seguimos viviendo en una buena parte.
Hoy en día
puede afirmarse que la teología de este país no se diferencia gran cosa de la
del resto de Europa occidental. Y no es que ello sea lo más importante, pero
vale la pena señalarlo. Porque es uno de los variados campos en que el secular
–y no siempre injustificado– complejo de inferioridad español se ha superado.
Hay campos
teológicos en que el nivel científico, de investigación y aun de publicaciones teológicas en
España es excelente. Me refiero a los estudios bíblicos, como es patente, por
ejemplo, en las reuniones anuales de la Asociación Bíblica Española y en las
colecciones de libros publicados bajo sus auspicios. Y de modo muy especial en
los relativos al midrás o tárgum. En los otros campos, fundamental,
sistemática, moral, pastoral, etc. la producción hispana es también apreciable.
El talante es, siempre en términos generales, serio y abierto a los nuevos
métodos, si bien la dependencia del exterior todavía es considerable y una gran
parte de lo que se produce sea más pastoral que investigación propiamente
dicha.
En ciertos
sectores de la teología española se percibe en los últimos años un cierto
repunte de la mentalidad conservadora, pero sin caer en exageraciones más
propias del pasado remoto. También en términos generales, algunas posibles
limitaciones de la producción teológica española son el que no haya
logrado todavía una identidad propia, tipo, para entendernos, la que logró la
Teología de la Liberación y que tampoco tenga una concepción y lenguaje
adecuados a la realidad sociológica española, en gran medida laica o laicista o
conservadora y tradicional, según sectores.
A mi modo de
ver los problemas de la teología española en la actualidad están no
en sí misma, sino en su entorno. Comenzando por lo más externo, aunque haya una
cierta presencia de lo teológico en los medios de comunicación, no se puede
decir que sea muy relevante. Lo cual ha sido desde siempre una característica
muy española. Pues, unido a ese hecho, hay que destacar la poca relevancia y
estima sociales de la teología, aunque pueda ser que se haya mejorado un tanto
si comparamos con otras épocas. Pero estamos muy lejos de, por poner un ejemplo
típico, la importancia que tiene la teología en una sociedad como la alemana.
Pero lo más
preocupante quizá ocurra de puertas adentro de la Iglesia. También aquí hay
poca estima y aprecio de la laborteológica y aun de la importancia de
enseñar una buena teología a los candidatos –¡escasos, por cierto!– al
sacerdocio, como muestra la creciente dispersión, y consiguiente empeoramiento,
de los centros de enseñanza y el abandono de las Facultades de Teología.
Cuando no se
da indiferencia ante el trabajo teológico es para caer en sospechas o censuras,
como pudo verse en los casos de Pagola y Masiá, si bien nadie se atreve en la actualidad a
emitir condenas o excomuniones que sería prácticamente ridículas e inoperantes
en el ambiente actual. En ese sentido hay más libertad, pero no por
convencimiento sino por lejanía. En resumen, no está mal hoy en día la teología
en España, pero tiene muchos puntos en que tanto ella, como sus alrededores,
han de mejorar.
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