domingo, 10 de marzo de 2013

IV Domingo de Cuaresma
Lc,1-3.11-32

"Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido"


La parabola del padre bueno y los dos hermanos nos hace reflexionar y preguntarnos dónde estamos nosotros, qué parte del hermano mayor tenemos, qué parte del hermano pequeño tenemos y qué parte del padre bueno tenemos.
¿Dónde queremos estar?¿qué actitudes queremos tener y que tengan con nosotros?
Cuando nos sentimos muertos,¿qué necesitamos para revivir?
Cuando un herman@  nuestr@ está muert@ y agonizando, ¿qué le podemos dar para que reviva?
Cuando nos sentimos separados de un pueblo o de un hermano por miles de razones: ideas, envidia, orgullo, política, religión, ética, nación...¿qué hay dentro de cada un@ que hace volver al diálogo, a  lanzar puentes?¿no será esa parte del Padre bueno que empuja a crear una casa común, una tierra común?
 
¿Qué piensas de todo esto tú?
 
 
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario