viernes, 29 de marzo de 2013


“… Y yo no me resistí, no me hice atrás. Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba... No tenía apariencia ni presencia; le vimos y no tenía aspecto que pudiéramos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias” (Is 50, 5-6; 53, 2-3)


Todo lo poco que soy yo te lo ofrezco. Todo el vacío que soy yo te lo
ofrezco. La frase de amor que no dijo mi lengua y los besos que yo
dejé se me murieran. La palabra que negué al que sufría, la mano que
no tendí al que lloraba. Lo que yo pude salvar y se ha perdido lo
pongo en TUS MANOS inmensas pidiendo PERDÓN.


Porque...
"Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no arriesga el
vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro
sobre el blanco y los puntos sobre las "ies".
Muere lentamente quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir
tras un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida
huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye musica,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, quien
no pregunta sobre un tema que desconoce o no responde cuando le
indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar
vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar".

                                                                                          
Pablo Neruda

2 comentarios:

  1. Precioso! Gracias por acercarnos en concreto esas formas de muerte.

    ResponderEliminar
  2. Parece que la misma historia se repite una y otra vez... ¿Hasta cuándo esta triste "historia de la pasión": muchos hombres y muejeres que luchan contra las estructuras de pecado; personas sin techo; parados sin oportunidades", otros al borde del desahucio... ¿Qué pasa? ¿A caso hay quienes que se resisten " aponer la otra mejía" a favor del otro? ¿Tanto trabajo supone hacer el bien? Dios nos está gritando...

    ResponderEliminar