lunes, 18 de febrero de 2013

CONFERENCIA


4 de febrero de 2013. Todavía con los ecos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Estudio Teológico Agustiniano acogió una conferencia de Juan de Dios Martín Velasco, filósofo de la religión especializado en Fenomenología. El título de la conferencia fue "La vivencia personal de la fe en el actual contexto interreligioso".
La época actual constituye una amenaza y un desafío apremiante para la fe, porque hoy, en muchos ambientes, la fe ha dejado sencillamente de interesar a las personas.
Juan de Dios Martín Velasco ha querido ofrecer una respuesta a ese desafío y una llamada de atención sobre la gravedad de la crisis religiosa en los países de tradición cristiana.
Ofrecemos a continuación  un extracto de la ponencia de Juan de Dios Martín Velasco. 

 PLURALISMO RELIGIOSO: EL DESAFÍO DEL SIGLO XXI A LAS RELIGIONES

 
   Se ha dicho con toda razón que si la secularización de la sociedad y la cultura ha sido el reto mayor del siglo XX para las religiones y el cristianismo, el reto que les planteará el siglo XXI será, sin duda, está siendo ya, la nueva situación de pluralismo cultural y religioso en que hemos entrado y que con toda probabilidad no hará más que desarrollarse en las próximas décadas.
   La época moderna introdujo en las sociedades europeas un factor importante de diferenciación con e[ reconocimiento de la libertad de conciencia, de pensamiento y de expresión de los individuos. A partir de ese momento comenzaron a convivir en una misma sociedad personas con diferentes creencias, diferentes formas de pensar y de vivir, y diferentes concepciones en relación con la ética y la política. En mayor o menor medida y con un ritmo más o menos rápido, el fenómeno ha ido produciéndose después en casi todos los países del mundo. Las sociedades actuales han dado un paso importante en relación con la aceptación de las diferencias.   Estas no se refieren tan sólo a los individuos; se aplican también a una pluralidad de grupos diferentes en cuanto a las cosmovisiones, las culturas y las religiones. Por otra parte, a esos grupos diferentes se les reconoce, salvo en situaciones de excepción cultural, política y religiosa, igualdad de derechos y capacidad de interacción social. Hemos accedido así a lo que conocemos como una situación de pluralismo.
    El pluralismo, además, está instalado en nuestro mundo a una doble escala. Por una parte, a escala mundial, ninguna cultura ni religión puede vivir aislada de las demás, ya que los poderosos medios de información y la interacción entre todos los países de la tierra hacen que entre todas ellas se establezcan relaciones cada vez más estrechas y que resulte prácticamente imposible sustraerse al influjo de todos los demás...
    En la época en que el mundo estaba compuesto por un gran número de países o regiones cultural y religiosamente homogéneas, las religiones podían vivir en situación de aislamiento, ignorando a todas las demás y considerando a sus miembros sólo como posibles destinatarios de su actividad misionera. Ignorar a las demás religiones permitía a cada una de ellas descalificar a las demás en su pretensión de constituir posibles revelaciones de Dios y caminos de los hombres hacia Él […]Nos encontramos en la actualidad con una situación claramente pluralista que impone a los fieles de las diferentes religiones la convivencia con fieles de otras tradiciones. Esta situación ha llevado a la misma Iglesia católica, a partir del Vaticano II, a invitar a sus fieles a apreciar lo que de bueno y valioso hay en todas las religiones y a entablar con sus fieles relaciones de aprecio, diálogo y colaboración. Desgraciadamente, las interpretaciones y las valoraciones teológicas del pluralismo religioso por parte del pensamiento oficial y de la teología de las diferentes religiones y del cristianismo están todavía lejos de hacer justicia a las exigencias de la situación y de responder de forma adecuada a los desafíos que el pluralismo, sobre todo el religioso, plantea a la conciencia de los cristianos. Otro tanto cabe decir, en lo positivo y en lo negativo, de la mayor parte de las religiones.
El desafío que la situación de pluralismo plantea a las diferentes religiones podría formularse en estos términos: "¿Es posible vivir la fe cristiana o la propia adhesión religiosa; es posible realizar la propia identidad religiosa o cristiana, evitando el peligro del relativismo absoluto de quien renuncia a la pretensión de universalidad inherente a las afirmaciones de la propia fe, sin caer en el peligro contrario de quien piensa que, al ser depositario de una revelación por parte de Dios, está en posesión de la verdad absoluta y puede por tanto declarar falsas al resto de las religiones o no concederles otro valor que el de momentos provisionales llamados a culminar en la propia religión"?
   Confieso que las respuestas de las teologías actuales de las religiones, también de las elaboradas en el interior del cristianismo, me parecen todas ellas insuficientes e incapaces de dotar a sus fieles de una respuesta práctica que permita eludir ese dilema. Pero esto no significa que realmente los hombres religiosos, y en concreto los cristianos, nos encontremos en este aspecto vital de la actual situación religiosa en un callejón sin salida. Pienso al contrario, que la situación nos invita a dar pasos concretos hacia el diálogo y la colaboración entre las religiones, y que el ejercicio sincero de las actitudes que eso supone hará posible abrir puertas, en el terreno de las teologías y de la realización de la propia identidad, que en este momento nos parecen imposibles de franquear.
 En efecto, el diálogo y el encuentro entre las religiones no es ya una mera posibilidad. Es un hecho que tiene muchos años de vida […]No faltan razones para pensar que los buenos augurios del diálogo y la colaboración entre las religiones son algo más que piadosos deseos. En muchas tradiciones religiosas aparecen relatos en los que el descubrimiento de tesoros maravillosos presentes en el hogar de la propia tradición depende de indicaciones y de impulsos procedentes de personas de otros pueblos y otras tradiciones. N. Sóderblom, gran estudioso de la historia de las religiones y eminente teólogo luterano, lo expresaba al final de su vida cuando repetía: "Yo sé que mi Dios vive; me lo ha enseñado la historia de las religiones".
   De la otra tarea enunciada: la colaboración entre las religiones, hay que reconocer que no existe todavía una verdadera experiencia. Se trata de una tarea pendiente. Pero todo hace pensar que el día en que las diferentes religiones colaboremos con todos nuestros recursos a la búsqueda de soluciones para los ingentes problemas de la humanidad, habremos hecho una contribución decisiva a la causa de la esperanza y habremos hecho más creíble para nuestros contemporáneos el nombre con que cada tradición invoca al Misterio santo. Es probable que la expresión del Cardenal Martini: "El cristiano de mañana será ecuménico o no será cristiano", puede aplicarse a todas las religiones.

1 comentario:

  1. En primer lugar, gracias al centro por traer a Martín Velasco y hacernos su mensaje más cercano. Realmente se hizo corto el tiempo de exposición y preguntas, algunas quedaron en el aire.
    En segundo lugar,ojalá que no sea en un tiempo lejano que las religiones se pongan de acuerdo al menos en servir a la humanidad y a la humanidad más castigada, en dar testimonio de integración para ser creíbles y referencia compasiva de eso que predican.Tarea pendiente, y de tod@s.

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