miércoles, 31 de julio de 2013

DE CINE...


LA EDUCACIÓN PROHIBIDA






¿Qué opinas como educador, como alumn@, como padre o madre, como ciudadan@?


martes, 30 de julio de 2013

EDUCAR EN LA INTERIORIDAD

   

Entrevista publicada en "El Norte de Castilla" a Enrique Martínez Lozano, psicoterapeuta, sociólogo y teólogo.


27 mayo 2013, Valladolid


-Según el título de su charla. ¿Cuáles son las mayores necesidades que hay que atender en los niños y los jóvenes?

De acuerdo con una descripción clásica en todas las tradiciones de sabiduría, en el ser humano reconocemos una triple dimensión: cuerpo, psiquismo y espíritu. En cada uno de esos niveles, encontramos necesidades que requieren ser respondidas adecuadamente si queremos crecer en unificación y en plenitud humana. Hablamos, por tanto, de necesidades corporales (alimentación, descanso, movimiento), emocionales (sentirse reconocido/amado: a través del contacto físico, la mirada, la palabra, el tiempo de calidad que se le dedica) y espirituales (paz, felicidad, silencio, libertad, plenitud, unidad…).

-¿De qué manera toman conciencia de su mundo interior o se les puede invitar a hacerlo?

La primera condición es que el adulto sea consciente de su propio mundo interior y haya experimentado la riqueza que tal consciencia aporta. Porque no podemos acompañar al niño más lejos de donde nosotros mismos hayamos llegado.
Además de ello, se requiere crear espacios y desarrollar prácticas simples que ayuden al niño en esa toma de conciencia. Hablamos de prácticas psicológicas y meditativas (el cuidado de la inteligencia emocional y espiritual), que favorecen que el niño se vaya familiarizando con su mundo interior, poniendo nombre a lo que vive y aprendiendo a gestionarlo.
Para quienes se encuentren interesados en esta cuestión, creo adecuado sugerir dos libros interesantes: desde la neurociencia, el de Daniel Siegel, “El cerebro del niño”, publicado en la editorial Alba; y, desde la espiritualidad, el de Ana Alonso, “Pedagogía de la interioridad”, de editorial Narcea.

-Cuáles son las claves para acompañar a los niños en el proceso de madurez y cómo se puede controlar la rebeldía de la adolescencia.

La clave fundamental consiste en que la persona adulta se viva desde lo mejor de sí, sea diestra en gestionar su propio mundo interior y sea capaz de vivirse ante el niño como presencia sólida y amorosa. No hablamos de adultos “perfectos” –cosa imposible para todo humano-, sino lúcidos sobre sí mismos, que se aceptan y acogen con sus luces y sombras, por lo que son capaces de aceptar y acoger a los demás.
Desde esa actitud, les resultará más fácil vivir dos actitudes básicas, que han de activarse simultáneamente: el cariño y la firmeza, también en momentos de rebeldía infantil o adolescente.

-Justifíqueme por qué es necesaria una referencia espiritual.

Entendida en su sentido más genuino, “espiritualidad” es sinónimo de “interioridad” o, si se prefiere, de “humanidad plena”. Así vista, su olvido supone una amputación grave del ser humano, con la consiguiente sensación de vacío. Con ello, estaríamos privando al niño del acceso a su dimensión fundamental.
La espiritualidad constituye una dimensión tan básica como la corporeidad, la afectividad o la sociabilidad. Esto explica la importancia decisiva de cuidar la inteligencia espiritual, en cuanto capacidad de nos permite responder adecuadamente a toda esa dimensión.
Lo que ocurre es que la palabra “espiritualidad” con frecuencia aparece cargada de resonancias negativas: porque se ha contrapuesto al cuerpo, al placer, a la vitalidad…, o porque se la había identificado con la religión. Sin embargo, hoy somos conscientes de que es totalmente posible una “espiritualidad laica” (Mariano Corbí) o incluso una “espiritualidad atea” (André Comte-Sponville).

-Usted invita a la meditación como forma de vida. ¿Cómo se aplica en el mundo de las prisas en el que vivimos?

Precisamente, cuantas más prisas, más necesario es el aprendizaje y el cultivo de esa otra forma de vida, que consiste en desarrollar la capacidad de vivir en el presente, siendo dueños de la propia mente.
Meditar, antes que una práctica o un método, es una forma de ser, una forma de vivir. Se trata de un arte y, como todo arte, puede aprenderse gracias a la práctica perseverante.
Al crecer en la capacidad de venir al presente, sin identificarnos con los movimientos mentales y emocionales que surgen en nuestra mente, esta forma de vida sabe a ecuanimidad, consciencia y plenitud. En realidad, la persona termina reconociéndose en ella, porque encaja adecuadamente con el anhelo que nos mueve.
Así como todo sufrimiento –no el dolor- nace de la mente no observada, la liberación del mismo solo es posible gracias a la consciencia de quienes somos.

-¿De qué forma la crisis afecta a la educación y el crecimiento de los niños?


Sin duda, la crisis puede afectar negativamente en un doble sentido: por un lado, cuando el problema económico es fuerte en la familia, el niño puede verse expuesto a un peligroso sentimiento de inseguridad; por otro, los recortes en los medios destinados a la educación pueden devaluar la calidad de la misma.
Ahora bien, todo puede ser oportunidad de crecimiento; también las crisis. Ello requiere vivir –y enseñar a vivir- actitudes constructivas. Y este sería un buen mensaje que toda crisis nos viene a recordar: Lo decisivo no es lo que nos ocurre, sino aquello que hacemos con lo que nos ocurre.

 

lunes, 29 de julio de 2013

MÚSICA SACRA


Oración por todas las víctimas...sabiendo que nuestra oración les llega a través de esa Red en la que SOMOS.







domingo, 28 de julio de 2013

Evangelio de Lucas 11, 1-13

Biblia abierta 2


NO PEDIR; RECONOCER

          
         Podría decirse que, en gran medida, la oración se ha identificado habitualmente con la petición. Aunque las tradiciones religiosas hayan conocido otras formas –alabanza o gratitud-, en el imaginario colectivo, orar aparecía como sinónimo de pedir a Dios algún bien.
         La oración de petición cuajó fácilmente desde la consciencia –en ocasiones, dramática- de la propia necesidad, y desde la proyección de la imagen de un Dios que aparecía –tampoco es casualidad- como “Padre Todopoderoso”, en el que, finalmente, iban a encontrar respuesta cumplida los sueños infantiles de omnipotencia, que nos acompañan a los humanos desde la niñez.
         Ese parecido con nuestros sueños infantiles debería habernos hecho sospechar de este tipo de oración, en el que inadvertidamente se podía fabricar un dios a nuestra medida…, convencidos de que fuera el Dios verdadero.
         El resultado no podía ser otro que el que fue: la oración de petición se convertiría en una eficaz “fábrica de ateos”. Y no solo porque, con mucha frecuencia, la petición quedara sin respuesta y el orante no entendiera su frustración, sino por la misma imagen de Dios que daba por supuesta.
         En efecto, esa forma de oración “colaba”, de un modo sutil, la idea de que Dios podría ser mejor de lo que es. ¿Por qué no lo era? Solo cabían dos razones: o no estaba enterado de la situación o tenía el corazón endurecido. Es decir, pareciera como si orante estuviera más informado o fuera más sensible a las necesidades humanas. En definitiva, era fácil terminar pensando que Dios no era mejor que nosotros.
         Recuerdo aún con cierta pena el comentario de un niño a quien su mamá, desde el día mismo en que el gobierno norteamericano desató la guerra contra Irak, le dijo que cada noche pedirían a Dios para que concediera la paz a la zona. Tras algunas semanas, el niño me decía con tristeza: “Dios no debe ser muy bueno. Hace días que le pedimos la paz… y no la quiere dar”.
         Me parece claro que la oración de petición encierra tres intuiciones válidas: 1) la consciencia de la propia fragilidad, 2) la consciencia de que podemos “alcanzar” a los otros desde nuestro corazón, 3) la certeza de que el Fondo de lo real (Dios) es bondadoso.
         Pero, aun siendo ciertas, habría que encontrar un modo de “traducirlas” a nuestro “idioma cultural” para evitar aquella deformación del rostro de Dios. Y eso no se soluciona aludiendo a la literalidad del texto que leemos hoy (“Jesús nos insta a pedir a Dios”), sino captando la sabiduría que ese texto contiene más allá del literalismo.
         Desde una perspectiva no-dual, todo está en todo y, en su dimensión más profunda, todo está bien. Por eso Jesús habla con verdad: “Quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre”. Eso ya es así. ¿Qué es lo que recibimos o hallamos?, ¿qué se nos abre? La Plenitud de lo que somos. Por eso también, la conclusión es tajante: “Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden”.
         Es muy significativo que, en el texto paralelo de Mateo (7,11), se diga: “Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan”. La diferencia no es menor: la única “cosa buena” es el Espíritu. Y eso es algo que ya tenemos –más exactamente, somos­- todos. Pedir cualquier otra cosa no es eficaz, porque no sirve sino para engordar el ego.

         Ahora bien, cuando deseamos de corazón el Espíritu y estamos dispuestos a desapropiarnos del ego, caemos en la cuenta de que somos ya lo que nuestro corazón anhelaba. No hay ninguna distancia entre lo que somos y lo que anhelamos, excepto la ignorancia que nos impide verlo. Y desde esa identidad profunda, la “intercesión” funciona: somos una gran Red, y todo repercute en todo. Por eso, la “oración” siempre llega a las personas por quienes oramos.

Enrique Martínez Lozano


sábado, 27 de julio de 2013

El Papa en Brasil-JMJ-

" Haced lío"  " No licuéis la fe"  "Salid a la calle" 

" Escuchad a los viejos"




El Papa Francisco encabeza una jornada histórica para los argentinos. Este mediodía, visitó la catedral de Río de Janeiro, donde cerca de 40 mil peregrinos de nuestro país tuvieron su espacio para estar cerca del Sumo Pontífice. Con emotivo y profundo mensaje, el Santo Padre pidió a los jóvenes "hacer lío para que la Iglesia salga a las calles". 
Durante su discurso, que emocionó hasta las lágrimas a cientos de chicos presentes, pidió "cuidar los dos extremos de la vida". En ese sentido, se refirió "a los ancianos y los jóvenes". Con un tono directo, distinto al que venia utilizando en sus presentaciones confesó: "Yo pedí este espacio porque necesitaba encontrarme con ustedes". 
Por unos minutos el Papa Francisco volvió a ser Jorge Bergoglio, ese Padre austero, bondadoso y simple, caracterizado por su gran llegada a los jóvenes. El Sumo Pontífice también se disculpó por las 30 mil personas que quedaron fuera del templo, quienes no llegaron a ingresar y siguieron sus palabras en los alrededores de la Catedral.  
LaNoticia1 dialogó con varios jóvenes de nuestro país que estuvieron presentes en la ceremonia. Con cánticos nacionales, los chicos arengaron al Papa y confesaron "tener la piel de gallina". En tanto, Eduardo Chipolini contó las complicaciones que tuvieron muchos peregrinos tanto para conseguir reales, como para salir del país.   
Más temprano, Francisco emocionó a todos en su visita al complejo de favelas Manguinhos, en Varginha, la más peligrosa de Brasil. Allí estuvo acompañado por una delegación de jóvenes argentinos, oriundos de diferentes asentamientos de nuestro país, quienes colgaron una bandera que rezaba: "Francisco: El Papa de los villeros".  
Desde el epicentro de la pobreza, el Sumo Pontífice expresó: "No se cansen de trabajar por un mundo más justo y solidario, no se puede permanecer insensible ante las desigualdades del mundo; en la medida de sus propias posibilidades, den su contribución para terimar con las injusticias sociales".
Frente a miles de pobres, el Papa aseguró que "la verdadera riqueza está en el corazón de las personas e incluso los más humildes pueden dar al mundo una gran lección de solidaridad, ya sea con un abrazo, un pedazo de pan, un vaso de agua o una palabra". La grandeza de una sociedad está dada por cómo se trata a los más necesitados", resaltó. 
Finalmente elevó un mensaje para los jóvenes que muchas veces se desilusionan ante los actos de corrupción de quienes sólo procuran tener más riqueza: "¡Nunca se desanimen, no pierdan la confianza y no dejen que se apague la esperanza; la realidad se puede cambiar!". "O Papa está com você", se despidió en medio de una gran ovación. 



jueves, 25 de julio de 2013

GALICIA : DE FIESTA A LUTO


La fiesta de Santiago de Compostela se ve relegada por la realidad atronadora que ensombrece lo previsto.
La realidad nos sorprende tragicamente con el accidente ferroviario que se lleva vidas humanas, y genera dolor, soledad, impotencia.
Detrás, los "por qués" inevitables que quedan a un lado en lo inmediato.
El presente que se hace largo y corto ante salvar a una vida que se va, y otra que es reanimada y vive. Algo que se escapa muchas veces de nuestro control, medios, coordinación.
Una vez más, el dolor humano une. La solidaridad se ha visto reflejada por gestos en la ayuda y colaboración a familiares, heridos y fallecidos.
El futuro inmediato después de las incertidumbres de los primeros momentos, eternos; es la aceptación y el duelo para los más cercanos. 
A los que nos pilla esta vez más lejos, la reflexión sobre la vida y la muerte. 
Uno puede salir de casa, de su rutina para celebrar, y se encuentra con el imprevisto sorprendente que te hiela la sangre. 
Ciertamente, hoy sólo tenemos el presente en el que podemos ser facilitadores de vida y amar a nuestros semejantes; mañana, ¡Dios dirá!

Desde aquí, nuestro abrazo a los familiares y amigos de las victimas. Y a los que están luchando por su vida y los que les acompañan, mucha energía positiva, y nuestra oración.










miércoles, 24 de julio de 2013

Danza Shiva Shakti

El río no piensa hacia donde irá, siente lo que está presente: rocas, tierra, valles, plantas, árboles... la fuerza creadora.







martes, 23 de julio de 2013

LOS PROFETAS

LEONARDO BOFF

Profeta en sentido bíblico no es en primer lugar aquel que prevé el futuro. Es aquel que analiza el presente, identifica tendencias, generalmente desviadas, hace advertencias y hasta amenazas. Anuncia el juicio de Dios sobre el curso presente de la historia y hace promesas de liberación de las calamidades.
A partir de las tendencias captadas, hace previsiones para el futuro. En el fondo afirma: si continúa este tipo de comportamiento de los dirigentes y del pueblo sucederán fatales desgracias. Éstas son consecuencia de las violaciones de leyes sagradas. Y ahí proyectan escenarios dramáticos que tienen una función pedagógica: hacer entrar a todos en razón y en la observancia de lo que es justo y recto delante de Dios y de la naturaleza. 
Leyendo a algunos profetas del Antiguo Testamento y también advertencias de Jesús sobre la situación de los tiempos futuros, casi espontáneamente nos acordamos de nuestros dirigentes y de su comportamiento irresponsable ante los dramas que se están preparando para la Tierra, para la biosfera y para el eventual destino de nuestra civilización. 
Hace días en algunas partes del mundo se ha roto la barrera considerada como la línea roja que debería ser respetada a toda costa: no permitir que la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera llegase a 400 partes por millón. Y lamentablemente ha llegado. Alcanzado este nivel, difícilmente el clima calentado volverá atrás. Se estabilizará y podrá seguir subiendo. La Tierra quedará calentada unos dos grados centígrados, o más. Muchos organismos vivos no conseguirán adaptarse, pues no tienen cómo minimizar los efectos negativos, y acabarán desapareciendo. La desertificación se acelerará; se perderán cosechas, miles de personas tendrán que abandonar sus lugares a causa del calor insoportable y la imposibilidad de garantizar su alimentación. 
En un contexto así leo al profeta Isaías. Vivió en el siglo VIII a. C., uno de los periodos más conturbados de la historia. Israel se encontraba exprimida entre dos potencias, Egipto y Asiria, que se disputaban la hegemonía. Tan pronto era invadido por una de estas potencias como por la otra, dejando un rastro de devastación y de muerte. 
En este contexto dramático Isaías escribe un capítulo entero, el 24, en una línea de devastación ecológica. Las descripciones se asemejan a lo que puede sucedernos a nosotros si las naciones del mundo no se organizan para parar el calentamiento global, especialmente el abrupto, ya avisado por notables científicos, que podría ocurrir antes de finales del presente siglo. Si efectivamente ocurriera, la especie humana correría un gran riesgo de ser diezmada y de que se destruyera gran parte de la biosfera. 
Debemos tomar en serio a los profetas. Ellos descifran tendencias en una perspectiva que va más allá del espacio y del tiempo. Por eso también nuestra generación podría estar incluida en sus amenazas. Transcribo partes del capítulo 24 como advertencia y material de meditación. 
“Lo mismo sucederá al acreedor y al deudor. La Tierra será totalmente devastada. Ha sido profanada por sus habitantes porque trasgredieron las leyes, pasaron por encima de los preceptos, rompieron la alianza eterna. Por esta razón, la maldición ha devorado la Tierra, la culpa es de los que en ella habitan… La Tierra se rompe, se resquebraja, es sacudida fuertemente. La Tierra se tambalea como un borracho, se agita como una cabaña… La luna se sonrojará y el sol tendrá vergüenza”. 
Jesús, el último y el mayor de todos los profetas advierte: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambre y peste y terremotos en diversos lugares” (Mateo 24,7). “En la Tierra los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Las gentes desfallecerán de miedo ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán” (Lucas 22,25-27). 
¿No ocurren escenas semejantes en los tsunamis del sudeste de Asia, en Fukushima en Japón, en los grandes tornados y ciclones como el Katrina y el Sandy en Estados Unidos y en otros lugares del planeta? ¿Las personas no se llenan de pavor al presenciar tal devastación y ver el suelo cubierto de cadáveres? Estas catástrofes no suceden por casualidad, suceden porque hemos roto la alianza sagrada con la Tierra y sus ciclos. Son señales y analogías que nos llaman a la responsabilidad. 
Curiosamente, a pesar de todos estos escenarios de destrucción, la palabra profética termina siempre con esperanza. Dice el profeta Isaías: “Dios quitará el velo de tristeza que cubre a todas las naciones. Enjugará las lágrimas de todos los rostros… Aquel día se dirá: este es nuestro Dios, en quien hemos esperado y Él nos salvará” (25,7.9). Y Jesús remata prometiendo: “cuando empiecen a suceder estas cosas, animaos y levantad la cabeza porque se acerca la liberación” (Lucas 21,28). 

Después de estas palabras proféticas no cabe comentario; sólo el silencio pesaroso y meditativo.


domingo, 21 de julio de 2013

ENRIQUE MARTíNEZ LOZANO



Evangelio de Lucas 10, 38-42        


         En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
         Esta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
         Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
         — Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
         Pero el Señor le contestó:
         ― Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.
        
******

¿ACCIÓN O CONTEMPLACIÓN?


         Cualquier texto “inspirado” es susceptible de diferentes niveles de lectura, en consonancia también con la “inspiración” de quien se acerca a él. En realidad, para que se encienda la chispa de la sabiduría, hacen falta dos personas “inspiradas”: el escritor y el lector.
         ¿Qué es la inspiración? En un nivel de consciencia mítico, se entendía como el acto por el cual Dios hablaba interiormente a la persona, que era conducida, en su trabajo, por esa luz del Espíritu.
         Desde el nivel transpersonal (y no-dual), la inspiración se percibe como el proceso por el que la Consciencia o Sabiduría se expresa a través de personas que se viven como cauce o canal, sin apropiación y, por tanto, sin que el ego bloquee lo que tiene que circular.
         En este sentido, es hermoso constatar que, cuando se vive así, quien lee no es diferente de quien escribe: la Consciencia que escribe –a través del autor- es también la que lee –en el lector-. Esto explica la admirable “sintonía” que se produce en esas ocasiones –quien lee o escucha siente que están poniendo palabras a su propia experiencia-, así como la poderosa fuerza transformadora que la “inspiración” contiene.

         Me ha brotado esta introducción al acercarme a este texto de Lucas y comprobar, una vez más y en contra de lo que sugieren lecturas reduccionistas, que está leyendo nuestra propia vida.
         En un primer nivel, parece que el texto nació de un interés concreto de la primera comunidad cristiana: mostrar que el verdadero discípulo es aquel que escucha la palabra de Jesús. Esa es, parecen argüir, la “única cosa necesaria”.
         Posteriormente se acentuó el dualismo, hasta el punto de contraponer dos actitudes igualmente valiosas, en la discusión clásica sobre la acción y la contemplación: ¿qué es más valioso?
         El dualismo no puede sino llevar al engaño, porque contrapone cosas que, en realidad, son complementarias. En aquella discusión sobre “espiritualidad” (mística, contemplación) y “compromiso” (profecía, acción social), bastaba nombrar uno de esos elementos para que el otro quedara relegado.
         Cuando, sin embargo, nos aproximamos al texto desde otra perspectiva más profunda, no tardamos mucho en descubrir que “Marta” y “María” son dos actitudes que habitan en cada uno de nosotros. Y que ambas, lejos de excluirse, se reclaman mutuamente: contemplación es sinónimo de compromiso.
         Lo que se reprocha a Marta, en el relato, no es su acción, sino su inquietud o agitación. La inquietud es síntoma del ego, porque el ego mismo es inquietud y prisa (por ser insatisfacción); el Testigo, por el contrario, es ecuánime porque sabe que nuestra verdadera identidad no puede ser afectada negativamente.
         La agitación distorsiona todo –tanto la acción como la contemplación-, porque en todo hay una búsqueda del ego.
         El compromiso sin la contemplación se convierte en activismo, guiado por las expectativas del ego, que no augura nada bueno. Porque, como decía John R. Price, “hasta que no trasciendas el ego, no podrás sino contribuir a la locura del mundo”.
         Por su parte, la contemplación sin compromiso no pasa de ser ensimismamiento narcisista. También en este caso, el sujeto es el ego y sus necesidades.
Frente a cualquier lectura reduccionista que escinde la realidad, me parece importante subrayar que la contemplación genuina es no-dual. Lo cual significa afirmar que la contemplación es el corazón del compromiso. Y el compromiso es la expresión de la contemplación.
Solo en este caso, la Vida puede fluir. Porque entonces el sujeto ya no es el yo –que actúa o que contempla-, sino la Consciencia que somos y que siempre se expresa como Sabiduría (Comprensión) y Compasión (Bondad).

Ahora bien, el ego no puede ver ni vivir esa complementariedad. Porque su propia naturaleza se lo impide. Su mismo carácter apropiador impide, de hecho, que ambas dimensiones fluyan simultáneas. Aunque haga propósitos voluntaristas por vivir armoniosamente aquella doble dimensión, terminará constatando la inutilidad de los mismos.
El camino pasa, por tanto, como en tantas otras cosas, por trascender el ego…, hasta reconocer que no eres él. Y, en cuanto te descubres en tu verdadera identidad, todo fluye sin separaciones ni apropiaciones, sin comparaciones ni descalificaciones…, porque ha desaparecido el supuesto “sujeto” que lo hacía y, con él, la agitación de la que hablaba el texto.


sábado, 20 de julio de 2013

DANZA Y CREACIÓN


Queridos amig@s bloguer@s, 

En España, estamos en la estación de verano, periodo vacacional para muchos, de mayor relax y calor, de hacer otras cosas que tienen que ver con el tiempo libre y ocio...
Hemos pensado que puesto que nuestro blog es intercultural, nos ayudaría conocernos más si conocemos nuestras culturas, música y costumbres...
¿Qué os parece si empezamos por la danza?
No sé si es por todos conocido, si lo habéis practicado en alguna ocasión...¡Os lo recomendamos! 
La expresión corporal es algo a lo que no se puede renunciar, si os fijáis, continuamente estamos haciendo gestos por muy pequeños que sean, y éstos tienen un significado, siempre, aunque no seamos conscientes. Es una manera de comunicarnos con nosotros y con los otros.
La danza son movimientos corporales donde van expresados lo que somos por dentro. Unidos a la música y a los movimientos armónicos adquieren una belleza increíble, creadora, liberadora, sanadora, llena de energía. Es por esto que desde antiguo, los pueblos han expresado con distintos ritmos su música, su cultura, sus bailes y sus sueños; sus oraciones de petición, de bendición, de gratitud, expresión de sentimientos, su búsqueda interior...; muchas veces unidas a la espiritualidad o a las religiones, y dirigidas a la Madre Tierra, al Sol, a Dios...
Hacernos conscientes de que el Cuerpo y el Espíritu son muy importantes y están unidos, es un paso para que se produzca una transformación en nuestro ser que podría sorprendernos.
La danza nos permite habitarnos cada vez un poco más y nos pone en camino para conectarnos con la  Creación, con el Ser.


Vamos a ir poniendo distintas danzas de diferentes lugares, y empezaremos por los países que nos visitáis.

Podéis participar diciéndonos qué comidas típicas hay, costumbres..., cómo han evolucionado las danzas triviales a las contemporáneas..., ¡Hablarnos de vuestras tierras, compartir fotos de vuestras gentes!
Os recuerdo la dirección a la que podéis dirigiros mandándonos vuestras sugerencias y aportaciones: blogteologia2012@gmail.com

También podéis hacerlo a través de los comentarios de cada día. MUCHAS GRACIAS, y A DANZAR!.







viernes, 19 de julio de 2013

EL ESPÍRITU SIN NOMBRE


Gustavo Adolfo Bécquer, poeta y narrador español, sevillano.





¿Quieres hacer alguna resonancia del poema?


jueves, 18 de julio de 2013

MAFALDA


COMPASIÓN Y AUTOCOMPASIÓN


La vida es difícil. Por mucho afán que pongamos en la planificación de nuestra vidas, las dificultades llamarán a nuestra puerta y esto resulta tan predecible como que la noche sucederá al día. Todos los seres humanos saben lo qué significa el sufrimiento, incluso las personas ricas, las personas sanas, los jóvenes y los individuos inteligentes. Cuando nuestras circunstancias vitales parecen ser casi perfectas, sabemos que pronto habremos de sufrir, ya que todo cambia, los seres queridos nos abandonan, nos ponemos enfermos, el dinero va y viene, nos hacemos mayores e, inevitablemente, nos moriremos.




Si quieres que otros sean felices 
practica la  compasión; 
y si quieres ser feliz tú, 
practica la compasión.

TENZIN GYATSO, 



miércoles, 17 de julio de 2013

RENOVARSE





SI TENEMOS MIEDO, SABEMOS QUE ESTÁ CON NOSOTROS LA MADRE

Papa Francisco: «No hay que tener miedo de renovar las estructuras de la Iglesia»

Ser cristiano «no significa hacer las cosas, sino dejarse renovar por el Espíritu Santo». Esto es lo que subrayó el Papa Francisco en la misa en la Casa Santa Marta, la última que presidió en presencia de grupos antes de las vacaciones de verano. El Papa señaló que, incluso en la vida de la Iglesia, existen «estructuras antiguas» que hay que renovar sin miedo. La misa contó con la presencia, entre otros, de un grupo de reclutas de la Guardia Suiza Pontificia.
06/07/13 r
(News.va/InfoCatólica) «Vino nuevo en odres nuevos.» El Papa Francisco desarrolló su homilía centrándose en la renovación que trae Jesús. «La doctrina de la ley -observó- con Jesús se enriquece, se renueva» y «Jesús hace nuevas todas las cosas. «La suya, dijo, es «una verdadera renovación de la ley, la misma ley, pero más madura, renovada». Y señaló que «las exigencias de Jesús eran más fuertes», «mayores que las de la ley.» La ley permite odiar al enemigo, en cambio, Jesús dice que recen por él. Este es, pues, «el Reino de Dios que Jesús predica.» Una renovación que «se realiza, ante todo, en nuestros corazones». Nosotros, advirtió, «pensamos que ser cristiano significa» hacer esto o esto otro, pero no es así.
«Ser cristiano significa dejarse renovar por Jesús en esta nueva vida. Yo soy un buen cristiano, cada domingo, de 11 a mediodía voy a Misa, y hago esto, y hago lo otro... Como si se tratara de una colección. Pero la vida cristiana no es un collage de cosas. Es una totalidad armónica, armoniosa, ¡y la hace el Espíritu Santo! Lo renueva todo: renueva nuestros corazones, nuestras vidas y nos hace vivir en un estilo diferente, pero en un estilo que llena toda la vida. No se puede ser cristiano en pedazos, a tiempo parcial. ¡El cristiano a tiempo parcial, no va! Todo, la totalidad, a tiempo completo. Esta renovación la hace el Espíritu. Ser cristiano, al final, no significa hacer cosas, sino dejarse renovar por el Espíritu Santo, o, usando las palabras de Jesús, convertirse en vino nuevo».
La novedad del Evangelio, añadió después el Papa, es «una novedad, pero en la misma ley que está en la historia de la Salvación.» Y esta novedad, dijo, «va más allá de nosotros» nos renueva «y renueva las estructuras». Por eso Jesús dice que para el vino nuevo se necesitan odres nuevos:
«En la vida cristiana, y también en la vida de la Iglesia, hay estructuras antiguas, estructuras caducas: ¡es necesario renovarlas! Y la Iglesia siempre ha estado atenta a esto, a través del diálogo, con las culturas ...Siempre se deja renovar de acuerdo con los lugares, los tiempos y las personas. ¡Esto siempre lo ha hecho la Iglesia! Desde el primer momento: recordemos la primera batalla teológica: ¿para convertirse en cristiano se debe hacer todo el proceso judío, o no? ¡No! ¡Dijeron que no! Los gentiles pueden entrar como son: gentiles... Entrar en la Iglesia y recibir el Bautismo. Esta fue una primera renovación... y así, la Iglesia siempre fue adelante, dejando que el Espíritu Santo renovara estas estructuras, estructuras de iglesias. ¡No tengan miedo de eso! ¡No tengan miedo a la novedad del Evangelio! ¡No tengan miedo de la novedad que el Espíritu Santo hace en nosotros! ¡No tengan miedo de la renovación de las estructuras!».
«La Iglesia -continuó diciendo el Papa- es libre: la lleva adelante el Espíritu Santo.» El Evangelio nos enseña esto: «la libertad para encontrar siempre la novedad del Evangelio en nosotros, en nuestras vidas y también en las estructuras». El Papa reiteró pues la importancia de la «libertad de elegir odres nuevos para esta novedad.» Y agregó que el cristiano es un hombre libre «con esa libertad» que nos da Jesús, «no es esclavo de hábitos, de estructuras... lo lleva adelante el Espíritu Santo». El Papa recordó también que el día de Pentecostés con los discípulos allí estaba la Virgen:
¿Y dónde está la madre, los niños están a salvo? ¡Todos! Pidamos la gracia de no tener miedo a la novedad del Evangelio, de no tener miedo a la renovación que hace el Espíritu Santo, no tener miedo de dejar caer las estructuras obsoletas que nos aprisionan. Si tenemos miedo, sabemos que está con nosotros la Madre y como los niños con un poco de miedo, vamos hacia Ella y Ella - como dice la más antigua de las antífona - ‘nos custodia con su manto, con su protección de madre. Así sea».

martes, 16 de julio de 2013

VIRGEN DEL CARMEN


¡GUAPA, GUAPA Y GUAPA!



Fecha señalada en el calendario para muchas gentes y por distintos motivos. 
Sin duda, fe, tradición, devoción popular, fiesta, baile, comidas familiares y de amigos; aniversarios, celebraciones religiosas, procesiones por tierra y mar, están unidas a lo largo de la historia en muchos lugares del mundo por la que consideran matrona o patrona.
Muchas oraciones y ruegos por vivos y muertos han sido y son, expresadas a la Madre de Dios en los distintos pueblos, de nuestra preciada tierra.
Los orígenes del nombre de Carmen hay que buscarlos en la región de Galilea, en un monte que se erige en la población marítima de Haifa y que recibe el nombre de Carmelo, que en hebreo significa ‘jardín’.
Cuenta el Libro de los Reyes, que en este monte vivían numerosos anacoretas, profetas que oraban y rendían culto a Dios, y entre los que se hallaba el profeta Elías.
Corría el año 300 a.C, cuando una gran sequía azotó Galilea, entonces el profeta Elías subió al monte Carmelo para implorar lluvia. Desde la cumbre de aquel monte, divisó una nube blanca, que emergía de las aguas del mar y subía al cielo, manando abundante agua. Comprendió, entonces Elías, siempre según la interpretación veterotestamentaria, que la visión era un símbolo de la llegada del Salvador, que nacería de una doncella inmaculada para traer una lluvia de bendiciones.
Desde entonces, aquella comunidad se dedicó a rezar por la que sería la madre del Redentor, iniciando así lo que constituyó el germen de la Orden del Carmelo o Carmelitas, cuya devoción hacia la Virgen permitió que naciese una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.
¿Por qué el 16 de julio?
San Simón Stoock fue un carmelita inglés que vivió durante el siglo XIII y que fundó diferentes monasterios carmelitas por Europa. Cuenta la historia que San Simón era muy devoto de la Virgen, a la que siempre rogaba un privilegio para su orden.
El 16 de julio de 1251, cuenta su hagiografía que se le apareció la Virgen llevando en sus manos un escapulario y pronunciando estas palabras:
‘Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno’.
Es a partir de entonces cuando nace la imagen de la advocación de Nuestra Señora del Carmen: el Niño y la madre aguantando el escapulario, la figura típica de dicha devoción mariana.
Por este motivo, la fecha elegida para celebrar la Festividad de la Virgen del Carmen fue el 16 de julio, correspondiendo a la fecha en que la Virgen se le apareció a San Simón Stoock.
La Virgen del Carmen y los marineros
En la Edad Media se alababa a la Virgen como ‘Estrella del Mar’, ya que los marineros dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con la Virgen María quien, como estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Con la invasión de los sarracenos, los Carmelitas tuvieron que abandonar el Monte Carmelo. Una antigua leyenda afirma que antes de partir, se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina, prometiendo ser para ellos su Estrella del Mar.
En el siglo XVIII, cuando ya era muy popular la fiesta de la Virgen del Carmen en España, el almirante mallorquín Antonio Barceló Pont de la Terra (1716-1797), impulsó su celebración entre la marinería que él dirigía.
Fue a partir de entonces cuando la marina española fue sustituyendo el patrocinio de San Telmo, por el de la Virgen del Carmen.
Desde entonces, son muchas las localidades, principalmente pesqueras, que celebran grandes procesiones marítimas con motivo de las Fiestas del Carmen. Se trata de trasladar a la Virgen desde la Iglesia hasta el puerto, donde es desembarcada para recorrer la costa, bajo la protección de los marineros y en honor de multitudes.






lunes, 15 de julio de 2013

PARA ESTO HEMOS SIDO LLAMADOS


Félix Ochayta 

Uno de los últimos días del mes de julio del año 1941 un prisionero del campo de concentración de Auschwitz huyó. La ley era terrible: por cada fugado debían morir diez compañeros. El comandante del campo, Fritsch, señaló con el bastón de mando a los diez condenados. 
Todos los señalados gritaron, saludaron y se despidieron de los compañeros. Pero uno, entre sollozos y lágrimas, se acordó de sus seres queridos: "¡Adiós, adiós, mi pobre esposa, adiós mis pobres hijos, ahora huérfanos de vuestro padre!" El padre Kolbe recordó unas palabras compartidas con otros compañeros de prisión en que les decía: "El odio no constituye una fuerza creadora; nuestros sufrimientos son necesarios a fin de que aquellos que vengan después puedan ser felices... Hay que tener fe en la victoria del bien. El odio no es fuerza creativa. Sólo el amor es fuerza creativa". El padre Maximiliano, ensimismado ante la creación del amor y el dolor del padre de familia condenado a muerte, salió de la fila, se quitó la gorra y se puso en posición de firme ante el comandante del campo. Fritsch le preguntó: "¿Qué quiere este cochino de polaco?" El padre Kolbe le respondió: "Soy un sacerdote católico polaco; soy viejo, quiero tomar su puesto, porque él tiene mujer e hijos". Fritsch dijo al que le acompañaba: "Es un Pfaffe" (es un despreciable cura), pero al mismo tiempo se quedó sin palabras. Los minutos se hicieron eternos. 
Con un gesto de la mano y la palabra "¡fuera!", ordenó al condenado, el sargento Francisco Gajowniezek, a volver a la fila de la que había salido. Entonces se oyó una voz seca de Fritsch: 
"¡Acepto!" El ayudante de campo, Palitwh, borró de la lista de los condenados el número 5.659 del sargento Francisco y lo sustituyó por el número 16.670, el del padre Kolbe. Los diez, bajo escolta, fueron conducidos al búnker, para morir allí de hambre. 
Pasado medio mes y necesitando el búnker, el 14 de agosto, vigilia de la Asunción de la Virgen María, Boch, dirigente de la enfermería, puso a los últimos cuatro supervivientes una inyección intravenosa de ácido muriático en el brazo izquierdo. El padre Kolbe le ofreció el brazo en el momento de la inyección. Cuando volvieron, lo encontraron sentado, recostado en la pared, con los ojos abiertos y la cabeza inclinada sobre el lado izquierdo. Había muerto. Su cuerpo fue lavado, llevado al crematorio y sus cenizas dispersas. 

PARA ESTO HEMOS SIDO LLAMADOS
Hacéis una cosa hermosa:
Oponiéndose a los desahucios.
Participando en la banca ética
Acogiendo al extraño.
Visitando al enfermo.
Movilizándose contra leyes injustas
Rebelándose ante lo injusto.


domingo, 14 de julio de 2013

Evangelio de Lucas 10, 25-37





COMPASIÓN: EL CAMINO DE JESÚS


         “Anda, haz tú lo mismo”. En algo tan práctico y concreto se sintetiza todo el mensaje de Jesús. No hay grandes conceptos ni elaboradas teorías. El suyo es un mensaje centrado en la práctica, y en una práctica amorosa y compasiva.
         Se dice, con razón, que la compasión constituye el test que verifica la autenticidad del camino espiritual. No solo eso. Se trata, también, de una opción que, a la vez que es sumamente eficaz para desegocentrarnos, no nos engañará.
         El Popol-Vuh, o Libro del Consejo, de los mayas, advertía sabiamente: “Cuando tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón. Quien elige el camino del corazón no se equivoca nunca”. En nuestras discusiones teóricas podemos perdernos con facilidad, aun cuando creemos que brotan de la experiencia. Quien vive la compasión auténtica –que no sea un sucedáneo, o una compensación de cualquier otra cosa-, siempre acierta.
         Todo el camino espiritual –así como la propia práctica meditativa- quiere conducirnos a la experiencia de nuestra verdadera identidad, desenmascarando la falsedad del ego.
         A ello nos ayuda, sobremanera, el hecho de ir educando la atención progresivamente, para ser dueños de ella. A ello contribuye también eficazmente la práctica de observar la mente y todos sus contenidos, situándonos en el Testigo hasta familiarizarnos con él: en este primero momento, ya venimos a descubrir que no somos el yo observado, sino el Testigo que observa.
         Pero a ello nos ayuda también –y este es el camino “más propio” de Jesús- la vivencia del amor y la práctica de la compasión. Quien se entrega a los otros, necesariamente va saliendo de su ego, que deja de ser el centro, y empieza a vivirse desde una consciencia mayor.
         Albert Einstein lo expresaba de este modo: “Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos”.
         Decía que la práctica de la compasión constituye el camino “específico” de Jesús, aunque es cierto que todas las tradiciones espirituales, de un modo u otro, insisten en él.
         La compasión nace de la consciencia de que todos constituimos una unidad. Por eso, a no ser que haya bloqueos psíquicos de diferente tipo, vibramos ante el dolor ajeno y nace en nosotros un movimiento a socorrerlo.
         Eso es precisamente lo que significa la compasión en el evangelio: la vibración profunda ante el otro –“conmoverse en las entrañas”- que desencadena una acción eficaz en su servicio. Ello requiere una sensibilidad limpia –no congelada, ni endurecida- y una capacidad de amar que se va liberando.
         Pero el “fundamento” último de la compasión no pertenece al orden de la moral, sino de la misma realidad. Y ahí es justamente donde lo sitúa Jesús. El Misterio último de lo Real es Bondad Y Compasión, como el propio maestro de Nazaret expresaba: “Amad a vuestros enemigos, haced bien y prestad sin esperar nada a cambio… Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo” (Lc 6,35-36).
         Y cada cual puede experimentar, mientras está ahí, en su verdadera identidad, y no atrapado en el ego, la verdad de las palabras de Lev Tólstoi: “A un gran corazón ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa”.

Enrique Martínez Lozano


viernes, 12 de julio de 2013

DE IBN ARABI


DEL MÍSTICO SUFí (Murcia 1164- Damasco1240)




"Mi corazón se ha hecho capaz de revestir todas las formas.


Es pradera para las gacelas y convento para el cristiano;


templo para los ídolos y peregrino hacia la Kaaba;


las tablas de la Toráh y el libro del Corán.


dondequiera que se encamine la caravana del Amor,


Mi religión es la del Amor:


allí va mi corazón y mi fe”.



jueves, 11 de julio de 2013

DE MAYOR...


...quiero ser médic@, profesor@, enfermer@, carpinter@, músic@, misioner@, cura, religios@, alpinista, bombre@, policia, vivir del cuento, adivinador@, futbolista, periodista, artista, cantante, bailarina, viajante por el mundo, barrender@, mag@, polític@, economista, arquitect@, piloto, fontaner@...
...muy bien, cuando sepas en qué quieres trabajar, luego, qué quieres ser?





Ojalá podamos educar y educarnos en ser personas felices, lo demás es un añadido.


miércoles, 10 de julio de 2013

NAMASTÉ








Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside.


Yo honro el lugar dentro de ti de Amor y Luz, de Verdad, y Paz. 


Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo 


estoy en ese punto mío, somos sólo Uno.




martes, 9 de julio de 2013

¿JESÚS FUE CÉLIBE?

Por José Arregi


¿Fue Jesús célibe? Empezaré por decir que la cuestión no me parece importante. O, mejor, que no me parece que la cuestión sea importante por sí misma, sino por el significado que queramos darle, por los intereses que se implican, por las emociones que nos provoca.
Si Jesús fue célibe o estuvo casado o tuvo pareja es una pregunta histórica que sólo la historia y sus métodos pueden responder. El creyente como tal no tiene nada que decir al respecto: no es la fe la que permite establecer o desmentir hechos históricos. No es mi afición al Athletic la que decide si ganó o perdió el domingo pasado. No es mi amor a Jesús el que determina si fue concebido sin varón o con varón, o si su amado cuerpo desapareció del sepulcro sin que nadie se lo llevara de allí, o si después de su muerte María de Magdala, la amiga, volvió a abrazarlo.
El mismo criterio se aplica en el caso que me ocupa: a uno le encantaría que Jesús hubiese compartido su vida y su cuerpo con una compañera (o un compañero); a otro le horroriza la mera hipótesis y no puede ni siquiera imaginar un Jesús con pareja. Pero ni el uno ni el otro tienen nada que decir sobre el hecho histórico en cuanto tal. Y has de preguntarte, y he de preguntarme: ¿Qué interés me mueve cuando me pregunto por el celibato de Jesús?
Lo que ocurre, simplemente, es que nuestro conocimiento está lleno de prejuicios y deseos, y querríamos que los hechos los confirmaran.
Somos inseguros como una hoja de álamo que el otoño desprende, y necesitamos un suelo firme -mira cuán libremente, cuán suavemente, se cierne la hoja del álamo mientras cae, y aprende de ella-. Pero los hechos históricos son lo que son; son resistentes como la tierra en que se posa la hoja, o tan poco resistentes como el aire en que se mece. Sin embargo, a la hoja le da lo mismo, y su indiferencia es el secreto de su belleza, y el secreto de nuestra sabiduría.
¿Qué nos dice, pues, la historia acerca del celibato de Jesús? Todo parece indicar -dicen los exégetas histórico-críticos- que Jesús fue célibe, o al menos no tuvo una pareja estable. En efecto, sería muy extraño que no se nos hubiera transmitido ninguna noticia sobre su mujer, si la tuvo, ni sobre sus hijos, si los tuvo, ni sobre su pareja masculina, si la hubiera tenido (¿y por qué te escandalizas de esta mera conjetura infundada? Sé libre como la hoja caediza del álamo).
Bien es verdad que, en textos cristianos de los siglos I y II, se repite que María era la "compañera" de Jesús y que Jesús "la amaba más que a los demás discípulos" e incluso que "la besaba en la boca". Pero dicen los entendidos que son expresiones metafóricas usuales en los escritos gnósticos y no constituyen ninguna prueba de que Jesús y María fuesen pareja, pasajera o estable. Y así será, si así fue, y seguramente fue así.
Ahora bien, más allá del hecho histórico, si me preguntas sobre el celibato de Jesús, te respondo: "¡Qué más me da!" No, no es que yo esté libre de "intereses" en esta cuestión, pero me gustaría que me diera igual si Jesús tuvo mujer o no la tuvo, si tuvo compañera o no la tuvo, si tuvo compañero o no lo tuvo.
No me da igual el que Jesús haya dicho o no haya dicho algo muy parecido a "¡Bienaventurados vosotros, los pobres, porque Dios está a vuestro favor!", o "Al que te golpea en una mejilla, preséntale la otra", o "Misericordia quiero, y no religión", o "Yo no te condeno, vete en paz". Ahí y en otras cosas semejantes se juega lo verdadero de Jesús, ahí se juega su divinidad, al igual que la tuya.
No me importa si Jesús tuvo relaciones sexuales, ni con quién. Pero me importa que, de haberlas tenido, hubieran sido abrazos profundamente carnales y profundamente divinos, y pienso que, si las tuvo, así fueron. Y me importa que si Jesús, ocasionalmente o siempre -¿qué más da?-, renunció a tener relaciones sexuales, no fue porque pensara que Dios prefiera el celibato a las relaciones sexuales, o que la continencia acerca más a Dios, o que quien se da corporalmente al compañero/a no puede darse enteramente a Dios.
¿Por qué, entonces, Jesús fue célibe, si lo fue y mientras lo fue?
Porque vio que ésa era la mejor opción para él, simplemente, por unas razones que no tienen por qué valer para otros. Era la mejor manera para él de darse y de ser libre. La mejor para él, no la mejor en sí, quede esto claro. Y hay un dato revelador: aun cuando, como es probable, Jesús haya sido célibe, nunca recomendó el celibato, cosa que sí hizo Pablo y tantos después hasta hoy, con razones casi siempre más que dudosas.
Y aquí seguimos, obsesionados y obstinados con nuestra pobre sexualidad, más temblorosa que la hoja del álamo. Es una gran pena que nos hayamos ensañado tanto con ella, y hayamos hecho sufrir tanto a los cuerpos y a las almas, como si los cuerpos y las almas no tuvieran ya bastantes sufrimientos.
Es una pena que hayamos condenado tanto en los templos y en las calles, en vez de pronunciar una palabra de consuelo, en vez de tender una mano amiga a tantos cuerpos encallados, a tantas almas náufragas en las aguas turbulentas de la sexualidad.
Es una gran pena que la apertura en cuestiones relativas al sexo y al género (ordenación de mujeres, matrimonios homosexuales...) sea la razón principal por la que muchos anglicanos quieren abandonar su iglesia y piden ser acogidos en la iglesia católica romana. Y es una pena que la iglesia católica romana, con tal de ganárselos, se muestre dispuesta incluso a replantear el celibato de los sacerdotes, pero solamente en el caso de los anglicanos disidentes.
Es triste pensar que, si el acto sexual no estuviera acompañado de placer -intenso, sí, pero tan inseguro y tan indigente y tan efímero-, el celibato nunca hubiese sido elevado a rango espiritual y teológico superior.
¿Pero cómo imaginar a un Dios enemigo de ese placer? ¿Cómo imaginar a un Dios sin placer? ¿Cómo imaginar a un Jesús sin placeres, sin el placer de la mesa, el placer de la palabra, el placer de la mirada, el placer de la caricia? Y ¿y qué más da si gustó o no gustó el placer sexual, cuando es el amor el que, de una manera u otra, da a la vida su máximo placer y su máxima libertad?

¡Que el amor te dé paz y te haga libre!




lunes, 8 de julio de 2013

LAGUNA PAI  Y SUEÑOS DE LIBERTAD





¿Quieres hacer algún eco de la canción?


domingo, 7 de julio de 2013

Evangelio de Lucas 10, 1-12.17-20


¿DÓNDE ESTAMOS? ¿DESDE DÓNDE NOS VIVIMOS?


         Lo que tienen que anunciar los discípulos –sea cual sea el modo como los reciban- es que “está cerca de vosotros el Reino de Dios”.
         Si por “Reino de Dios”, como veíamos en el comentario de la semana anterior, hay que entender el Misterio último de lo Real (Lo que es), resulta evidente que esa es la Buena Noticia: Nuestra identidad última no es el yo, vacío, carenciado e impermanente, sino el Misterio pleno, radiante y siempre estable.
         La tristeza –como la soledad, la frustración, la ira, el miedo, los celos, el resentimiento, el egoísmo…- es síntoma de una sola cosa: de que hemos olvidado nuestra verdadera identidad y nos hemos identificado con lo que no somos. En definitiva, que estamos respondiendo equivocadamente a la pregunta “¿quién soy yo?”.
         Cuando estoy identificado con el ego, no puedo ver la vida y todo lo que ocurre, sino desde su perspectiva estrecha y engañosa. Desde ahí, no actuaré en libertad, sino que reaccionaré, según los juicios elaborados por el mismo.
         Pero la reacción no logrará otra cosa que inflar aún más el ego –que se “cargará de razón”-, descalificar al otro y destruir toda posibilidad de encuentro y de reconciliación. Porque juzgaré a la otra persona según responda o no a mis necesidades y expectativas, entrando en una espiral de difícil solución.

         Si, por el contrario, puedo anclarme en mi verdadera identidad (“el Reino de Dios”, lo llamaba Jesús), experimentaré dos cosas imposibles desde la perspectiva anterior: por un lado, quien soy no se verá afectado por nada de lo que le digan o hagan; por otro, no emitiré ningún tipo de juicio hacia la otra persona, por dos motivos: porque sé que todo lo hace no es sino fruto de su propio sufrimiento, de la ignorancia o de su “programación” cerebral; y porque, al estar situado en mi verdadera identidad, sé también que se trata de una identidad que compartimos. En todo caso, el otro hace lo que puede y lo que sabe. ¿Tiene sentido el juicio o la condena?
         Esa identidad se llama también Gozo. Y ese es, según Jesús, el motivo real de nuestra alegría. Mejor dicho: no necesitamos ningún “motivo” para estar alegres –ni aunque tuviéramos poder para “expulsar demonios”-, porque, cuando estamos en nuestra verdadera identidad, emerge una “alegría sin motivo”, la “perfecta alegría”, de que hablaba Francisco de Asís.
         Es una alegría que nunca se puede perder –“os alegraréis con una alegría que nadie os podrá quitar”, dice Jesús en el cuarto evangelio: Jn 16,22-, porque constituye justamente el núcleo de lo que somos.
         Aun con su peculiar estilo y sin compartir todo lo que en él se afirma, en Un Curso de Milagros puede leerse algo similar: “La tristeza es señal de que prefieres desempeñar otro papel en lugar del que Dios te ha encomendado…  Comprende que tu papel es ser feliz” (Un Curso de Milagros. Libro de Ejercicios, Lección 100.5.7).
         “Vuestros nombres están inscritos en el cielo”: nuestra identidad, compartida y no-dual, es permanente y no puede verse afectada negativamente por nada de lo que ocurra. Se trata solo de “abrir los ojos”, caer en la cuenta, salir de las trampas laberínticas del ego, así como de sus “juegos” de etiquetas y de juicios.

Enrique Martínez Lozano