sábado, 31 de agosto de 2013

SI PARA RECOBRAR LO RECOBRADO…




Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido, 
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado, 


si para estar ahora enamorado

fue menester haber estado herido, 

tengo por bien sufrido lo sufrido, 
tengo por bien llorado lo llorado. 



Porque después de todo he comprobado

que no se goza bien de lo gozado

sino después de haberlo padecido. 



Porque después de todo he comprendido

que lo que el árbol tiene de florido

vive de lo que tiene sepultado.



(Francisco Luis Bernárdez, poeta argentino 1900-1978).


viernes, 30 de agosto de 2013

DANZA DE LA COMPASIÓN


Danza sagrada llamada también " la que oye el llanto del mundo"


Esta auténtica muestra de belleza en movimiento se denomina 'La danza de las mil manos de Guan Yin' (hay varias maneras de escribir el nombre) y la llevan a cabo 21 bailarinas, todas ellas sordomudas. Se trata de una extraordinaria proeza que se realiza solamente por las señales de los entrenadores. Debutaron en Atenas (Grecia) el 2008, se han presentado ya en 40 países y pertenecen al repertorio de arte para discapacitados de China.

La danza la realizan en honor de Guan Yin (ó Kwan Yin), que es la bodhisattva de la Compasión y es venerada por los budistas de Asia del Este. También se la conoce como la Bodhisattva China de la Compasión, y asimismo como la diosa de la Misericordia. Su nombre significa "la que oye el llanto del mundo". Bodhisattva es un término propio del budismo, y alude a alguien que se halla en el camino del Buda de manera significativa. Es un compuesto de 'bodhi' (supremo conocimiento, iluminación) y 'sattva' (ser). Así pues, hace referencia a un ser embarcado en búsqueda de la suprema iluminación.
En la devoción popular, Kuan Yin rescata a quienes acuden a ella en momentos de dificultad. La Bodhisattva comprende los sentimientos de temor y responde a las peticiones de ayuda con su Compasión. La figura de Kwan Yin mantiene gran semejanza con otras Madres protectoras, como la Virgen María en el Cristianismo, Isis en el antiguo Egipto, Tārā en el Budismo Tibetano y Śakti, Párvati, Sītā o Radha en el Hinduismo.


Existe una leyenda en China:


Se dice que hace muchos años vivía un rey bajo cuyo gobierno la gente vivía en paz y siguiendo el códico ético del confusianismo. El rey tenía tres hijas; las dos mayores se habían casado con los novios escogidos por su padre, pero la menor era una niña muy distinta a cualquier criatura normal. Cuando nació, su cuerpo brillaba con una luz no terrenal, tanto brillaba que el palacio parecía cubierto por las llamas. La llamaron Miao Shan que significa Bondad Maravillosa. Cuando ella creció usaba sólo ropas simples y no mostraba ningún interés en acicalarse o enjoyarse. Además sólo subsistía con una comida al día. En sus conversaciones hablaría de la impermanencia de las cosas materiales y de cómo los humanos sufren por su apego a las mismas. Sus padres preocupados por las inclinaciones de su hija, propusieron que ella también se casara con un novio de su elección; a lo que ella contestó:


"Nunca, por la satisfacción de una sola vida, me lanzaré a un mar de miseria. He pensado mucho en esto y detestro profundamente esta unión terrenal (matrimonio)". Sin embargo cuando sus padres insistieron, ella aceptó satisfacer sus deseos solamente si su futuro esposo la salvara de una de los tres infortunios:



1. Cuando las personas son jóvenes, sus rostros son hermosos como la luna de jade, pero cuando son viejos, sus cabellos son blancos y sus caras se arrugan, cuando caminan, descansan, se sientan o se recuestan están peor que cuando eran jóvenes. 2. Igualmente, cuando nuestros miembros son fuertes y vigorosos uno puede caminar como si volara por el aire, pero cuando te enfermas debes estar confinado a una cama. 3. Una persona puede tener una gran cantidad de parientes y estar rodeado por su carne y su sangre, pero cuando llega la muerte, incluso esos familiares, como el padre o la madre, no pueden tomar el lugar de esa persona.



Finalmente concluyó: "Si en verdad mi futuro esposo puede asegurarme contra estas calamidades, feliz me casaré con él. De lo contrario, hago un voto para mantenerme soltera toda mi vida. Las personas de todo el mundo están a la merced de estos sufrimientos. si una desea mantenerse libre de ellos, la única opción es dejar el mundo secular y entrar por las puertas del Budismo.



Exasperado el rey llamó a una monja con mucha experiencia, de su reino. Le pidió que tomara a la princesa bajo su tutelaje y la expusiera al mayor trabajo posible en el convento, para que viera la futilidad de su camino tan deseado con el convento bajo amenaza de muerte si después de siete días Miao Shan no era reformada. Sin embargo, todos los trabajos que la princesa realizó en el monasterio, incluyendo el trabajo manual fueron insuficientes para alejarla del camino del Dharma. Miao Shan se dio cuenta de que era sometida a este trabajo porque sobre los habitantes del monasterio iban a morir, por lo que les dijo: "¿No saben ustedes las historias del antiguo príncipe Mahasttva, quien se lanzó de un precipicio para dar de comer a los leones; o del rey Sivi, quien se cortó su carne para alimentar una paloma? Si han dejado ya la vida de dueñas de casa, deben mirar este cuerpo material como ilusorio e impermanente. ¿Por qué temen a la muerte y aman la vida? ¿No conocen que el apego a este sucio y apestoso saco de cuero (cuerpo) es un obstáculo?



Al final del período estipulado el monarca en una reacción de frenezí, ordenó que decapitaran a Miao Shan. Mientras los verdugos se acercaban a las puertas de monasterio, la princesa salió corriendo del edificio, ansiosa por abrazar su muerte. No bien se hubo arrodillado cuando la mortal espada se levantó y un rayo cegador cruzó el espacio. Antes de que los asistentes pudieran recuperar su compostura, un tigre salió de la oscuridad y se llevó a la chica a las colinas cercanas. El rey, ahora más allá de los límites de la razón, ordenó que todo fuera quemado con su habitantes dentro.



No fue mucho hasta que su karma se hizo cargo de él y enfermara con kaamla (fiebre amarilla). Estuvo enfermo por varios días, sin poder descansar ni siquiera dormido. La enfermedad se esparcía por su cuerpo y ni siquiera los mejores doctores del reino pudieron curarlo. Un día, un mendigo sagrado llegó a su puerta y predijo, "si alguien quisiera voluntariamente dar sus brazos u ojos sin resentimiento ni ira algunos, el elixir hecho de estos poetentes ingredientes aliviarán su sufrimiento". "Pero" - se lamentó el rey- "¿dónde encontraré un ser tan compasivo?". "En esta misma tierra", dijo el monje. "Ve al suroeste de tus dominios, en la cima de una montaña vive un hermitaño que posee las características necesarias para tu curación". Ni bien el rey escucho estas palabras, ordenó a varios emisarios a ir hacia el recluso. Cuando el hermitaño fue informado de la enfermedad del rey y del medicamente prescrito, aceptó realizar el supremo sacrificio, pidiéndoles que preguntaran al rey que dirigiera su mente hacia los tres tesoros del Budismo, y después con mucha calma le sacara los ojos y que pidiera a dos hombres que cortaran ambos brazos. Los tres mundos se estremecieron bajo el impacto de este terrible sacrificio.



Cuando el rey estuvo totalmente recuperado, el rey llamó a su esposa y le pidió que rinda un importante homenaje a aquel que había salvado su vida de manera milagrosa. Después de hacer una profunda venia ante la forma mutilada, a penas levantaron sus cabezas lanzaron un lastimero grito de horror! La identidad del hermitaño que estaba descalzo ante ellos no era otra que su hija menor, Miao Shan. El rey, al darse cuenta de lo que ella hizo por él, a pesar de todo lo que le había hecho, se postró en el piso ante su hija y rogó por perdón. Sobrecogidos por la emoción, los padres abrazaron a su hija y el padre dijo: "soy tan malvado que he causado el más terrible sufrimiento a mi propia hija". A lo que Miao Shan respondió: "Padre, no he sufrido dolor alguno. Habiendo perdido estos ojos humanos veré ahora con ojos de diamante. Habiendo perdido estos brazos mortales, recibiré brazos de oro. Mi llamado es verdadero y será lo único que seguiré". 




jueves, 29 de agosto de 2013

"Es la ocasión de vivir dentro de una Iglesia plural y pobre, de opción por los pobres"

Carta de Casaldáliga, Balduino y Pires al Episcopado de Brasil

"Esta hora es, sin duda, sobre todo para nosotros, los obispos, con urgencia, la hora de la acción"

(Pedro Casaldáliga, Tomás Balduino y José María Pires en RyL).- Queridos hermanos en el episcopado: Somos tres obispos eméritos que, de acuerdo con las enseñanzas del Concilio Vaticano II, a pesar de no ser más pastores de una Iglesia local, participamos siempre del Colegio episcopal, y junto con el Papa, nos sentimos responsables de la comunión universal de la Iglesia Católica.
Nos alegró mucho la elección del Papa Francisco en el pastoreo de la Iglesia, por sus mensajes de renovación y conversión, con sus contantes llamados a una mayor simplicidad evangélica y mayor celo de amor pastoral por toda la Iglesia. Nos tocó también su reciente visita al Brasil, particularmente sus palabras a los jóvenes y a los obispos. Hastanos trajo a la memoria el histórico Pacto de las Catacumbas.
¿Nos damos cuenta nosotros, los obispos, de lo que, teológicamente, significa ese nuevo horizonte eclesial? En Brasil, en una entrevista, el Papa recordó la famosa máxima medieval "Ecclesia semper renovanda".
Por pensar en esa nuestra responsabilidad como obispos de la Iglesia Católica, nos permitimos este gesto de confianza de escribirles estas reflexiones, con un pedido fraterno para que desarrollemos un mayor diálogo al respecto.
1. La Teología del Vaticano II sobre el ministerio episcopal
El Decreto Christus Dominus dedica el 2º capítulo a la relación entre obispo e Iglesia Particular. Se presenta cada Diócesis como "porción del Pueblo de Dios" (no es más sólo un territorio) y afirma que, "en cada Iglesia local está y opera verdaderamente la Iglesia de Cristo, una, santa, católica y apostólica" (CD 11), pues toda Iglesia local no es sólo un pedazo de Iglesia o filial del Vaticano, sino que es verdaderamente Iglesia de Cristo, y así la designa el Nuevo Testamento (LG 22). "Cada Iglesia local es congregada por el Espíritu Santo, por medio del Evangelio, tiene su consistencia propia en el servicio de la caridad, esto es, en la misión de transformar al mundo y testimoniar el Reino de Dios. Esa misión se expresa en la Eucaristía y en los sacramentos. Esto se vive en la comunión con su pastor, el obispo".
Esa teología sitúa al obispo no por encima o fuera de su Iglesia, sino como cristiano inserto en el rebaño y con un ministerio de servicio a sus hermanos. A partir de esa inserción, cada obispo, local o emérito, así como los auxiliares y los que trabajan en funciones pastorales sin diócesis, todos, en cuanto portadores del don recibido de Dios en la ordenación, son miembros del Colegio Episcopal y responsables de la catolicidad de la Iglesia.
2. La sinodalidad necesaria en el siglo XXI
La organización del papado como estructura monárquica centralizada fue instituida a partir del pontificado de Gregorio VII, en 1078. Durante el 1º milenio del Cristianismo, el primado del obispo de Roma estaba organizado de forma más colegial y la Iglesia toda era más sinodal.
El Concilio Vaticano II orientó a la Iglesia hacia la comprensión del episcopado como un ministerio colegial. Esa innovación encontró, durante el Concilio, la oposición de una minoría disconforme. El asunto, en verdad, no fue suficientemente asumido. Además, el Código de Derecho Canónico de 1983 y los documentos emanados del Vaticano, a partir de entonces, no priorizaron la colegialidad, sino que restringieron su comprensión y crearon barreras a su ejercicio. Eso favoreció la centralización y el creciente poder de la Curia romana, en detrimento de las Conferencias nacionales y continentales y del propio Sínodo de los obispos, de carácter sólo consultivo y no deliberativo, siendo que tales organismos detentan, junto con el Obispo de Roma, el supremo y pleno poder en relación a la Iglesia entera.
Ahora, el Papa Francisco parece desear restituir a las estructuras de la Iglesia Católica y a cada una de nuestras diócesis una organización más sinodal y de comunión colegiada. En esa orientación, constituyó una comisión de cardenales de todos los continentes para estudiar una posible reforma de la Curia Romana. Sin embargo, para dar pasos concretos y eficientes en ese camino - lo que ya está sucediendo - él necesita de nuestra participación activa y conciente. Debemos hacer eso como forma de comprender la propia función de obispos, no como meros consejeros y auxiliares del Papa, que lo ayudan a medida que él pide o desea, sino como pastores, encargados con el Papa de velar por la comunión universal y el cuidado de todas las Iglesias.
3. El cincuentenario del Concílio
En este momento histórico, que coincide también con el cincuentenario del Concilio Vaticano II, la primera contribución que podemos dar a la Iglesia es asumir nuestra misión de pastores que ejercen el sacerdocio del Nuevo Testamento, no como sacerdotes de la antigua ley, sino como profetas. Esto nos obliga a colaborar efectivamente con el obispo de Roma, expresando con más libertad y autonomía nuestra opinión sobre los asuntos que piden una revisión pastoral y teológica. Si los obispos de todo el mundo ejerciesen con más libertad y responsabilidad fraternas el deber del diálogo y diesen su opinión más libremente sobre varios asuntos, ciertamente, se quebrarían ciertos tabúes, y la Iglesia podría retomar el diálogo con la humanidad, que el Papa Juan XXIII inició y el Papa Francisco está señalando.
La ocasión, pues, es la de asumir el Concilio Vaticano II actualizado, superar de una vez por todas la tentación de Cristiandad, vivir dentro de una Iglesia plural y pobre, de opción por los pobres, una eclesiología de participación, de liberación, de diaconía, de profecía, de martirio... Una Iglesia explícitamente ecuménica, de fe y política, de integración de Nuestra América, reivindicando los plenos derechos de la mujer, superando al respecto las cerrazones provenientes de una eclesiología equivocada.
Concluido el Concilio, algunos obispos - muchos del Brasil - celebraron el Pacto de las Catacumbas de Santa Domitila. Aproximadamente 500 obispos los siguieron en ese compromiso de radical y profunda conversión personal. Fue así como se inauguró la recepción valiente y profética del Concilio.
Hoy en día, muchas personas, en diversas partes del mundo, están pensando en un nuevo Pacto de las Catacumbas. Por eso, deseando contribuir a la reflexión eclesial de ustedes, enviamos anexo el texto original del Primer Pacto.
El clericalismo denunciado por el Papa Francisco está secuestrando la centralidad del Pueblo de Dios en la comprensión de una Iglesia cuyos miembros, por el bautismo, son elevados a la dignidad de "sacerdotes, profetas y reyes". El mismo clericalismo viene excluyendo el protagonismo eclesial de los laicos y laicas, haciendo que el sacramento del orden se sobreponga al sacramento del bautismo y a la radical igualdad en Cristo de todos los bautizados y bautizadas.
Además, en un contexto de mundo en el cual la mayoría de los católicos está en los países del Sur (América Latina y África), se torna importante dar a la Iglesia otros rostros además del usual, expresado en la cultura occidental. En nuestros países, es preciso tener la libertad de des-occidentalizar el lenguaje de la fe y de la liturgia latina, no para crear una Iglesia diferente, sino para enriquecer la catolicidad eclesial.
Finalmente, está en juego nuestro diálogo con el mundo. Está en cuestión cuál es la imagen de Dios que damos al mundo y de la cual damos testimonio por nuestro modo de ser, por el lenguaje de nuestras celebraciones y por la forma que toma nuestra pastoral. Ese ponto es el que más nos debe preocupar y exigir nuestra atención. En la Biblia, para el Pueblo de Israel, "volver al primer amor", significaba retomar la mística y la espiritualidad del Éxodo.
Para nuestras Iglesias de América Latina, "volver al primer amor" es retomar la mística del Reino de Dios en la caminada junto a los pobres y al servicio de su liberación. En nuestras diócesis, las pastorales sociales no pueden ser meros apéndices de la organización eclesial o expresiones menores de nuestro cuidado pastoral. Al contrario, es lo que nos constituye como Iglesia, asamblea reunida por el Espíritu para dar testimonio de que el Reino está viniendo y que de hecho oramos y deseamos: ¡venga tu Reino!
Esta hora es, sin duda, sobre todo para nosotros, los obispos, con urgencia, la hora de la acción. El Papa Francisco, al dirigirse a los jóvenes en la Jornada Mundial y al darles apoyo en sus movilizaciones, así se expresó: "Quiero que la Iglesia salga a la calle". Eso es un eco de la entusiasta palabra del apóstol Pablo a los Romanos; "Es hora de despertar, es hora de vestir las armas de la luz" (13,11). Sea esa nuestra mística y nuestro más profundo amor.
Abrazos, con fraterna amistad.
Dom José Maria Pires, arzobispo emérito de Paraíba
Dom Tomás Balduino, obispo emérito de Goiás
Dom Pedro Casaldáliga, obispo emérito de São Félix do Araguaia

martes, 27 de agosto de 2013

Danzas especiales


Dos bailarines chinos...¿incapacitados?...¿para qué?...¿seguro?


Cuántas veces no valoramos lo que tenemos ni descubrimos su potencialidad,
 cuántas veces son los llamados "discapacitados" los que nos abren los ojos por ser capaces desde su voluntad y esfuerzo a sorprender a los llamados "normales".





¿Serías capaz de hacer lo mismo desde tu "normalidad"?

lunes, 26 de agosto de 2013

"No tengáis miedo"

El dinero y el Evangelio :


José María Castillo



El miedo tiene mucho que ver con la economía. Por eso ahora, en tiempos de crisis económica, hay demasiada gente que, más que asustada, vive dominada por el miedo. Me refiero, no sólo a quienes han perdido el trabajo o temen perderlo, a los que no pueden pagar la hipoteca o no llegan a fin de mes, etc. Hablo, además, de las personas que no se fían de los bancos, suelen sacar de ellos su dinero y lo ocultan donde pueden o lo ingresan en “paraísos fiscales”. Ya nadie puede contar las asombrosas cantidades de “dinero negro” que circulan por el mundo. Dinero, en definitiva, que no suele ser productivo y que sólo sirve para engrosar más y más los bolsillos de los más ricos. 
Aparte otras consideraciones, es importante caer en la cuenta de que el motor, que mueve este repugnante mecanismo de la economía actual, es el miedo. El miedo a perder lo que se tiene. O el miedo a no ganar todo lo que se codicia. Con razón esta economía ha sido denominada “la economía del miedo” (J. Estefanía).
Lo peor del caso es que, por esto precisamente la economía, al menos tal como viene funcionando España, está resultando tan ruinosa. Porque, si un motor importante de nuestra economía es el miedo, deberíamos tener siempre muy presente que el miedo entraña dos consecuencias: 1) paraliza; 2) arruina. Paraliza, porque quien mete su dinero debajo del colchón, con eso, ni él gana nada, ni da trabajo para otros, ni produce beneficios para nadie. 
Y, además, si el capital se paraliza, eso quiere decir que no produce. Lo que equivale, sin más remedio, a la ruina de un país, de una ciudad, de una familia.... 
Como es lógico, todo esto resulta inhumano. Sobre todo, cuando semejante ruina se produce en una sociedad en la que hay millones de criaturas que pasan necesidad en las cosas más básicas de la vida. Por eso, sin duda alguna, el Evangelio - que, antes que un libro de “religión”, es un libro de “honradez” y de “dignidad” para la vida - es tan severo cuando afronta el tema del miedo. En los cuatro evangelios, se les dice a determinadas personas (a José, a María, a los pastores, a los apóstoles...): “No tengáis miedo” (Mt 1, 20; 10, 28; 14, 27; 17, 7; 28, 5. 10; Mc 6, 50; Lc 1, 13. 30; 2, 10; 5, 10; 12, 5; Jn 6, 20). Incluso en las situaciones más extrañas, más difíciles, más peligrosas, Jesús insiste: “No tengáis miedo”. Jesús vio claramente que actuar motivados por el miedo es muy peligroso. Tanto ante Dios, como ante cualquier circunstancia que nos pueda presentar la vida. Y este criterio, que es siempre importante, lo es mucho más cuando se trata de asuntos de dinero. Mucha gente no se imagina que también de esto se ocupó y se preocupó Jesús. 
Basta leer la parábola de los talentos (Mt 25, 14-30; Lc 19, 11-27) para darse cuenta de la importancia que tiene este asunto. Por supuesto, que esa parábola se puede interpretar en clave de “responsabilidad”. Si se lee desde ese punto de vista, lo que se deduce de la parábola es que Dios nos va a pedir cuentas de lo que cada cual ha producido en su vida, según los dones que ha recibido. Pero, si la enseñanza de la parábola es ésa, la consecuencia que de ella se deduce es inevitable: el Dios que nos reveló Jesús es un Dios exigente y justiciero, que, a fin de cuentas, no es sino el Dios más duro y temible que aparece en algunos pasajes del Antiguo Testamento. 
Por eso, la enseñanza de esta parábola se ve claramente cuando se interpreta en clave de “productividad”. Por supuesto, productividad ante Dios. Pero, ¿qué frutos de productividad pueden presentar ante Dios quienes pasan por la vida como zánganos y holgazanes que no dan palo al agua? ¿Qué produce el que vive pensando solamente en hacerse cada día más rico, sin importarle un comino lo que tienen o no tienen los demás? 
Pues bien, aquí es donde entra en juego el tema del miedo. Porque, según el relato de la parábola, la perdición del que no produjo nada fue la consecuencia del que se limitó a esconder su dinero exactamente “porque tuvo miedo” (Mt 25, 25; Lc 11, 21). El miedo es lo que le llevó a ocultar lo que tenía. Y el miedo es lo que tuvo como consecuencia la ausencia absoluta de productividad. 
Como es lógico, lo primero que enseña la parábola es que quien tiene en su cabeza un Dios que mete miedo, ése termina siendo un desgraciado que va derecho a su propia perdición. Pero eso sólo sirve para quienes tienen creencias religiosas. Para los que las tienen y los que no las tienen, lo más fuerte que enseña este relato es que quien se pasa la vida pensando sólo en no perder, ése es el que se pierde. Y, por desgracia, perdidos y extraviados hay ya demasiados en España. Por eso estamos como estamos. Y por eso, unos más y otros menos, pero, en definitiva, todos somos responsables del extravío de este país. 
Aunque es evidente que ha sido el extravío de los ricos el que está extraviando a todos los demás.

jueves, 22 de agosto de 2013

MEDITACIÓN


Busca estos días un lugar tranquilo donde puedas estar en silencio.
Intenta estar contigo, acalla tus ruidos, escucha.
Si no lo consigues las primeras veces, no te inquietes, no desistas. Continúa sin forzar, espera.
Sigue tu respiración hasta que ya no la prestes atención, hasta encontrar ese silencio que tienes dentro.
Repítelo un ratito estos días.
El saber estar contigo mismo, hace que puedas encontrarte con el Otro y con los otros.







miércoles, 21 de agosto de 2013

CIENCIA Y FE


"LA INFORMACIÓN ES MÁS IMPORTANTE QUE LO REAL"


Entrevista a Anton Zeilinger, por Ima Sanchís,
en “La Contra”, de La Vanguardia, 24 noviembre 2012.


Anton Zeilinger, doctor en Física y padre de la teletransportación
Austriaco, 67 años. Casado, dos hijos. Dirijo el Instituto de Óptica e Información Cuánticas de la Universidad de Viena. Necesitamos personas que se pregunten qué pueden hacer por su país en lugar de buscar su interés personal. Creo en algo más allá de la existencia material.


¿Un científico con fe?
Algunas de las cosas que descubrimos en la ciencia son tan impresionantes que he elegido creer.

La teletransportación cuántica es más cosa suya que de Dios...
Estaba en el lugar y el momento adecuados. Tras años de investigación conseguimos transportar las características de una partícula a otra.

Una partícula de luz del Sol.
Sí, de un fotón a otro que estaba a un metro de distancia. Luego teletrasportamos un fotón de un lado al otro del Danubio.

Hace un par de meses batió otro récord mundial.
Teletransportar las propiedades físicas de un fotón de la isla de La Palma a Tenerife, a 143 kilómetros de distancia. Transportamos la estructura, pero no la materia, y quedan entrelazados, lo que significa que acaban teniendo las mismas propiedades.

Cuéntemelo despacito.
A mí me gusta compararlo con gemelos idénticos. Sabemos que si uno tiene el pelo negro, el otro también lo tiene. Si fueran gemelos cuánticamente entrelazados, cuando vieras a uno con el pelo negro sabrías que el otro también lo tiene negro.

¿Y cuál es el misterio?
Es equivocado pensar que el que no ves tiene el pelo negro antes de que los mires.

¿?
Lo sé: es sorprendente. Verá, la propiedad, por ejemplo pelo oscuro, es algo aleatorio; cuando se mide, el otro, que también es completamente aleatorio, se define de la misma manera que el primero. Pero esta propiedad no se puede entender sin aplicar la mecánica cuántica.

La física cuántica se encarga del estudio de lo más pequeño, ¿cierto?
Va aumentando el tamaño.

De todas maneras, lo grande está hecho de mucho pequeño junto.
Cierto, aunque hasta ahora para los objetos grandes los efectos cuánticos son tan pequeños que no los vemos, pero existen, claro.

Entonces, la física cuántica implica otra concepción del mundo...
Sí, estoy de acuerdo. Creo que la física cuántica nos está revelando que la información es más importante que la existencia material, y que la observación determina en cierto modo lo que puede ser la realidad.

Eso que acaba de decir...
... No sólo la información, la observación determinan lo que podemos ver, sino lo que puede llegar a ser la realidad. Esto me recuerda el inicio del Evangelio de san Juan: "En el principio era la palabra...".

¿Pensamientos y palabras crean la realidad?
Debemos ir con cuidado: la realidad es algo que no depende de nosotros, pero a través de los experimentos queda claro que podemos decidir qué propiedades de un sistema pueden convertirse en realidad, pero no podemos determinar la realidad.

Entonces, todo dependerá de cuántas propiedades tenga la realidad...
Me gusta decir que hay dos libertades: nuestra libertad y la libertad de la naturaleza. Nosotros somos libres de preguntarle a la naturaleza lo que queramos, pero la naturaleza también tiene la libertad de darnos las respuestas que quiera, sin olvidar que nuestra pregunta limita las posibles respuestas que la naturaleza puede darnos.

Son más importantes las preguntas que las respuestas.
Por supuesto, y eso se ve clarísimo cuando hablamos con nuestros hijos: siempre es más importante su pregunta que nuestra respuesta.

Lo olvidamos a menudo.
A los profesores de mis hijos yo siempre les he pedido que les digan a los niños que el mundo no es algo extraño y místico, que se puede entender mediante las matemáticas. Eso a mí me maravilla.

¿Cree que existe esa ley que lo explica todo, lo grande y lo pequeño?
No, porque estoy convencido de que el mundo es algo abierto, y eso significa que el estado del mundo mañana no está determinado por el estado del mundo hoy.

¿Y la ley de causa y efecto?
Hay situaciones sin causa, como la desintegración de una partícula radiactiva. Así funciona el mundo, existe la aleatoriedad.

Y de la vida ¿qué ha descubierto?
El escritor suizo Friedrich Dürrenmatt dijo que cuanto con más precisión la gente planifique su futuro, más duramente le va a golpear la casualidad.

Las nuevas ciencias del cerebro dicen que prácticamente somos máquinas.
No lo sé, pero si echamos un vistazo a la historia, hace doscientos años decían que el cerebro era una máquina mecánica; hace cien, que era una máquina eléctrica; hace setenta, una central telefónica, y ahora, que es un ordenador: siempre cogen el paradigma más moderno y lo aplican al cerebro. Todos esos conceptos son demasiado limitadores.

Ya.
El límite es la ingenuidad humana.

¿Cómo imagina un cuántico a Dios? 
Cualquier definición es limitada.


martes, 20 de agosto de 2013

DANZA AZTECA


Esta danza no fue privativa de la cultura mexicana, sino de todas las demás culturas que poblaron las regiones aledañas al centro de Mexihco-Tenochtitlan, tales como Tetzcoco, Tlaxcala, Cholula, Huexotzinco, Tlacopan, Azcapotzalco, entre otros. Además de que, existen antecedentes de que las culturas mesoamericanas del centro y valle de México, anteriores a los mexihca, desarrollaron y practicaron la actividad dancística, como los tlatilca, los teotihuacanos o los toltecas, por ejemplo. Así entonces, es probable que los mexihcas o aztecas, hayan sido solamente la culminación de una actividad dancística que venía practicándose por centurias (o más) en esta parte de la región mesoamericana.



Como muchas palabras que usamos hoy en día derivadas del las lenguas originales, la palabra Azteca se derivó de una mala traducción de la palabra Aztlan. Su significado original es aztatl que significa “garza” y tlan(tli) “lugar de”. Este el lugar místico origen de los Aztecas. Recordemos que la lengua Nahuatl incluye tres niveles de significado en sus palabras o expresiones ( literal, sincrético y connotativo). El significado connotativo de Aztlan, debido al plumaje de las garzas, es “Lugar de la blancura.” Las descripciones míticas de Aztlan la proponen como una isla.La localización exacta de Aztlan es desconocida, Se cree haber estado localizada cerca de estuarios o en la costa noroeste de México. Los arqueólogos creen que el pueblo de San Felipe Aztlan en Nayarit es el lugar exacto de donde salieron las siete tribus. En Nahuatl la terminación -tecatl es identificar a un residente o persona de el lugar. es decir si alguien es residente de Mazatlan sería Mazatecatl, alguna persona de Tepoztlan sería un Tepoztecatl y alguien de Aztlan sería un Aztecatl.Para los Aztecas el balance y contacto con su entorno era muy importante. Tenían la creencia que el canto y la danza los mantenían en armonía con el movimiento en el mundo y así estar en balance con el universo. En la época prehispánica al “canto y la danza” se le denomino “In Cuicatl InXochitl ” (el Canto y la Flor), porque era una forma de ofrenda que permitía estar en contacto con las deidades que se manifestaban en la naturaleza. A la danza se le consideró como una forma de concentración en movimiento con lo cual al ofrendar y pedir podían canalizar su fuerza al logro de objetivos.A la danza ritual se le llamó Macehualiztli (merecimiento) y a la danza de popular se le llamó Netotiliztli. Cada movimiento en la coreografía de la danza tiene un significado especifico. Las sentadillas y movimientos serpentinos representan la fertilidad, los pasos asentados en el suelo la tierra y la siembra, las vueltas el aire y el espíritu, los pasos avanzados y retrocedidos el fuego y los pasos zigzagueantes el agua. Siempre se encontrara relación a los cuatro elementos. agua, fuego, viento, tierra. Así mismo este numero es prevalente en la cultura mexica ya que también representa las cuatro direcciones, norte, sur, este, oeste entre otras interpretaciones.Orígenes de danza Azteca/Mexihca en la época colonial. Después de la caída del imperio mexica en 1521, los frailes franciscanos prohibieron el uso de los instrumentos de percusión (huéhuetl y teponaztle) por considerarlos paganos. Bajo represión de la iglesia y el nuevo gobierno a quien llegara a tocar uno se le cortaban las manos. Pero los frailes entendieron el poder de congregación que tenían las danzas y su valor la evangelización. Entre 1525 los frailes introducen los instrumentos de cuerdas en las danzas, pero para el indígena la danza era sagrada. El tocar su música con cualquier instrumento no era posible de modo que crean las guitarras de concha de armadillo. El cual se considera un animal sagrado por que el armadillo solo puede tener cuatro crías. Este fue uno de los sincretismos mas importantes en la danza dado en 1531. De este modo en esa concha-guitarra o mandolina ellos podían contar las antiguas veintenas, a éste nuevo instrumento se le llamo Concha, Mecalhuehetl, Zin-zin o Ayoyote, todo bajo la supervisión de los frailes, de ahí que a los danzantes se las haya llamado Concheros.Para una completa información acerca de los orígenes de las danzas religiosas en México visite la página de la historia de danzas religiosas en MexicoEntre 1579 – 1590 un descendiente de la nobleza texcocana llamado Fernando de Alva Ixtlilxochitl reúne en el pueblo de San Miguel en Tlaxcala a los nobles sobrevivientes de la conquista. Aquí fue donde acordaron como mantener en la danzas los antiguos conocimientos. Y así se organizaron para darse jerarquías militares en las congregaciones de danza.Entre 1930-1940, los jefes de danza Manuel Pineda Escalona, Gabriel Osorio en la ciudad de México y Natividad Reyna en Querétaro y Guanajuato, tras un instinto de curiosidad responsabilidad. Comienzan a investigar profundamente sobre su cultura y así comienzan el uso de los instrumentos prehispánicos de percusión (huéhuetl y teponaztle) y eliminaron la indumentaria Conchera para retomar la indumentaria Azteca. Esta evolución les provoco problemas en las comunidades de la danza. Recibieron amenazas constantemente por grupos concheros e incluso en El Sr. Pineda fue demandado por los mismos y paso un muy breve tiempo en la cárcel a consecuencia de su propuesta por rescatar el conocimiento original. (escuche entrevista con su hijo Mario Andrés pineda).Gracias a estos jefes que influenciaron nuevas generaciones fue que la busqueda de conocimientos antiguos fue retomada y surgió la danza azteca de tradición religiosa o Danza Azteca Chichimeca. Esta danza a diferencia de la Conchera en donde se danza con los tambores y flautas sin dejar de usar las conchas (mandolinas con caparazón de armadillo) las cuales sirven para la interpretación de cantos y alabanzas religiosas.Los Grupos de danza, Mesas, Calpullis o Corporaciones como se les puede llamar a las organizaciones danzarias tienen varias formas de jerarquías y relaciones de las cuales dos de ellas son las siguientes:Según los estudiosos de la lengua nahuatl, ésta no se sujeta a las normas gramaticales u ortográficas de la lengua española. Por tal motivo, en esta página, las palabras pertenecientes a la lengua nahuatl (mexicano), no se acentuaran.
Los españoles utilizaron el término “fiesta” para nombrar los actos públicos de la sociedad prehispánica en donde aparecían elementos como, música, cantos, “bailes” y comida. Esta es una idea de fiesta o “festividad” que escapa a la realidad de las culturas mesoamericanas. Desde la cosmovisión de las antiguas culturas prehispánica, las “fiestas” tenían una profunda religiosidad, eran eventos estrecha e íntimamente vinculados con el orden espiritual, con las divinidades o las fuerzas creadoras de su universo. Es por eso que el uso del término “fiesta” o “festividad”, para referirse a estas actividades, debe comprenderse en una magnitud más amplia. Mucho más correcto y más aceptado es el términoceremonia cuyo significado tiene una connotación más espiritual o religiosa, acorde con esas prácticas. Los religiosos españoles, más que los soldados, se percataron de esta fuerte presencia y carga religiosa en las “festividades” de los nativos. Algunos, como Fray Diego Durán, prefirieron llamarles “cerimonias”; en otros se lee que lo hacen en conjunto “fiestas y cerimonias”. Además de la carga religiosa, las ceremonias tuvieron también un valor civil. Por tal motivo, debemos comprender que cuando los españoles del siglo XVI utilizan el término “fiesta” se están refiriendo a esas grandes ceremonias cívico-religiosas impregnadas de misticismo y rituales, con un gran contenido y un alto valor simbólico. Y que, cada vez que ellos utilizaron este término o el de “festividad”, se está haciendo referencia también al acto de la danza y de los cantos de manera implícita, ya que estos elementos fueron parte integrante e indispensable en todas las ceremonias de la época prehispánica, como se verá más adelante.
Otros términos utilizados por los cronistas españoles para referirse a los “bailes” de los indígenas, son los de areito y el de mitoteAreito es un palabra de origen taíno,1 cultura que floreció en las islas del Caribe que los españoles abordaron y ocuparon en sus primeros contactos con el continente Americano. Ahí conocieron este término para las danzas de la región caribeña —hoy República Dominicana— y lo utilizaron para referirse a las danzas del México central. En cambio, el término “mitote” proviene de la palabra nahua o mexicana mihtotiliztli,2 que significa “danza”. La lengua nahuatl, fue la lengua madre de los antiguos mexicanos del centro y valle de México, de ahí que también se le conozca a esta lengua con el nombre de mexicano.
Los “atabales” son los tambores y con ese nombre llamaron los españoles a los tambores del centro de México. El término “atabal” es de origen africano, y seguramente los españoles lo escucharon de los esclavos africanos que tuvieron a su servicio en las islas del archipiélago caribeño. El nombre dado por los pobladores del centro y valle de México a este instrumento fue, (y es aún) el de huehuetl, que significa anciano o venerable.

lunes, 19 de agosto de 2013

Yahvé, Abba, Buda, Alá


Creyentes judíos, islámicos, budistas, cristianos... pueden y deben rezar juntos por la paz.

De las cuatro posturas siguientes, las tres primeras son cuestionables. Querríamos acercarnos a la cuarta.
1)La postura que dice: “todas las religiones son iguales”, “da lo mismo una que otra”, “todas igualmente verdaderas”, o “todas igualmente falsas”. Es el indiferentismo relativista.
2)La postura que dice: “Sólo la mía es la auténtica”. Es el exclusivismo.
3)La postura que dice: “todas son caminos igualmente válidos que conducen a lo mismo, que cada persona escoge a su gusto”. Es un pluralismo indiferenciado y sin criterio.
4)La postura que reconoce que ninguna tiene el monopolio de la Verdad Absoluta, que por ser diferentes pueden y deben aprender mutamente, corregirse y transformarse mutuamente. El Espíritu, diríamos con el evangelista Juan, nos conduce a la totalidad de la verdad, que ninguno poseemos todavía plenamente (Jn 16,13).
Reconocemos, como dice Paul Ricoeur (La nature et la regle,p. 300 ss.), que “pertenecer a una tradición religiosa es como pertenecer a una lengua... yo tengo acceso al lenguaje a través de mi lengua materna,.. también mi acceso a lo religioso es un acceso parcial, ...un reconocimiento mutuo entre lo mejor del cristianismo y del judaismo, lo mejor del islam y del budismo... lleva a descubrir la verdad en lo profundo”, en el centro de la esfera, en vez de en las luchas o los encuentros en su superfice o en los intentos de abarcar sincretísticamente la superficie entera.

Juan Masiá Clavel

domingo, 18 de agosto de 2013

Evangelio de Lucas 12, 49-53

       


         En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
         ― He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!
         ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.
         En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.


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FUEGO, ANGUSTIA, CONFLICTO

        
         Fuego, angustia, división… El lector del evangelio suele encontrar dificultades ante este texto, hasta el punto de no resultarle fácil “encajarlo” en el conjunto del evangelio. Eso ha hecho también que hayan surgido interpretaciones muy variadas.

         Empecemos por la imagen del fuego. En el apócrifo Evangelio de Tomas, encontramos dos textos similares: “He echado fuego sobre el mundo y lo estoy manteniendo hasta que arda” (EvT 49); y “El que está cerca de mí está cerca del fuego; el que está lejos de mí está lejos del Reino” (EvT 82). 
         A tenor de estos textos, parece adecuado ver el fuego como una metáfora del Reino. A eso mismo apuntaría la frase del evangelio de Lucas, al subrayar el deseo manifiesto de Jesús de que estuviera ya ardiendo.
         Si tenemos en cuenta que la pasión por el Reino constituyó el eje de la vida y de la misión del maestro de Nazaret, todavía se hace más patente ese significado. Jesús expresa su anhelo intenso de que el Reino se haga presente en la realidad del mundo.
         El fuego da calor, ilumina y purifica. Y eso mismo puede aplicarse al Reino. El frío, la oscuridad y la confusión caracterizan la existencia que se ha reducido al ego. Desconectada de quien realmente es, la persona que vive identificada con su ego, no puede sino verse envuelta en la aridez, la ignorancia y el temor. Su primera necesidad –si queremos expresarla con esa imagen- es la de acercarse al fuego, que pondrá luz en su vida, certeza en su percepción y limpieza en sus actitudes y comportamientos.
         Luz, certeza y limpieza que únicamente vienen de la verdad de lo que es, Eso que constituye el núcleo último de todo lo real y, por tanto, nuestra identidad más profunda. Eso es lo que Jesús nombraba como “Reino de Dios”.
         ¿No sentimos también nosotros, en nuestro interior, un anhelo de que el “fuego” se manifieste, nos tome y se expanda? La clave consiste en percibir que nuestra identidad es ya ese mismo “fuego” y que el secreto de la vida –que nos hace salir de la ignorancia y despertar- no es otro que el de reconocernos y vivirnos desde él.

         La frase que alude a la angustia ante el bautismo, a juicio de la mayor parte de los exegetas, no provendría del propio Jesús, sino que se trataría, más bien, de una lectura retrospectiva realizada por la primera comunidad. Es decir, una vez ocurrida la ejecución de Jesús, los discípulos la leen como un “bautismo de sangre”, y atribuyen a Jesús un sentimiento de angustia ante ella.
         Un sentido similar es el que tiene la pregunta que se pone en boca de Jesús, dirigiéndose a los hijos del Zebedeo, cuando le piden sentarse a su lado: “No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber o ser bautizados con el bautismo con que yo he de ser bautizado?” (Mc 10,38-39).
         Tanto el “cáliz” (trago) como el “bautismo” se refieren, indudablemente, a la muerte. Pero el texto no se remitiría a Jesús, sino a la interpretación que la comunidad hizo de su muerte.

         Y el tercer tema es el de la división. ¿No se había anunciado el nacimiento de Jesús –precisamente en este mismo evangelio de Lucas- como “paz a los hombres” (Lc 2,14)? ¿Qué significa que Jesús se presente como fuente, no de paz, sino de división?
         No es difícil suponer que, tras estas palabras, se encuentre la experiencia de la propia comunidad que contaría con personas a quienes su adhesión al nuevo grupo les habría supuesto tener que cortar con su propia familia, o incluso ser perseguidos por ella. Así aparece en otros textos del evangelio. Podría tratarse, por tanto, de una nueva lectura retrospectiva: la comunidad que ve cómo la nueva fe divide la realidad familiar –tan importante en aquella cultura- pone en boca de Jesús unas palabras que, en cierto sentido, “predicen” lo que habría de suceder más tarde.
         Pero hay algún dato más. Por un lado, si bien es cierto que Lucas muestra el nacimiento de Jesús como “buena noticia de paz”, no lo es menos que, en el relato de la presentación de Jesús niño al templo, le hace decir a Simeón: “Este niño será signo de contradicción, y a ti misma [su madre] una espada te atravesará el corazón” (Lc 2,34). Por otro, existía una tradición profética y apocalíptica en Israel que veía en la ruptura de las relaciones familiares un signo de las tribulaciones de los últimos días, que anunciaban ya el “mundo nuevo”.
         En conclusión: al poner en boca de Jesús estas palabras, el autor, a la vez que deja constancia de un hecho sufrido en su comunidad –divisiones y persecuciones-, alienta la esperanza de que se halla próxima la liberación definitiva.     
         En nuestro “lenguaje”: la paz profunda que somos no elimina el conflicto ni la división, como tampoco el dolor –todo ello forma parte del lote de la existencia tal como la conocemos-, pero nos mantiene ecuánimes en la Certeza de Lo que es. 
Enrique Martínez Lozano

sábado, 17 de agosto de 2013

"El que quiera ser amado, que ame".



Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles son los factores que destruyen al ser humano. 
Él respondió así:

- La Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad. La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero; que todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que hay caras amargas, si estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente es enojona, si yo soy enojón; que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido. La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.

Conviene que ninguno escapemos de la 
responsabilidad que nos toca asumir. 
En el cuarto, en la calle, en la estructura 
pública en la que cada uno pueda 
aportar su servicio a la humanidad. 
Pasar haciendo el bien no es algo 
optativo para nadie. «Quien no vive 
para servir, no sirve para vivir», se 
atrevió a expresar alguien. El mundo 
debe cambiar. El mundo puede 
cambiar. Nosotros debemos cambiarlo. 
Y somos muchos los que queremos 
asumir este compromiso. 


viernes, 16 de agosto de 2013

"PENSAR DIFERENTE ES UN DERECHO".


IVONE GEBARA, TEÓLOGA, MONJA Y FEMINISTA: 


Una entrevista de Mariana Carbajal

–¿Por qué quiso ser monja?

–Es una larga historia. Yo siempre había estudiado en escuela de monjas pero nunca había querido ser monja. Pero de repente, en los años ’60 entré en la universidad para estudiar Filosofía y me encontré con algunas monjas que estaban muy conectadas políticamente y trabajaban con las poblaciones pobres, y empezó a dibujarse para mí como una alternativa de vida. No lo tenía tan claro pero me parecía una vida más libre que la vida de familia y tener pareja.

–Suena raro que haya ido a un convento en busca de libertad…
–Es que nunca me he sentido encerrada. A veces iba a conferencias en la Universidad de San Pablo, que era un foco de lucha antidictadura, y tenía la llave de la casa de las monjas. Mi historia fue de búsqueda de libertad. No soporto que me impidan pensar. Es un derecho pensar diferente. Y ésa ha sido la clave de mi vida, con todos los tropiezos y las contradicciones, porque a veces una no ve claro, y va por un camino y después no es por ahí.

–Realmente suena contradictorio que una mujer busque libertad dentro de una estructura patriarcal, machista y conservadora como la Iglesia Católica. ¿Cómo se entiende?
–Sí, muy contradictorio. Cuando entré en la vida religiosa, fue en 1967, cuando tenía 22 años. Era el momento de los grandes cambios de la Iglesia Católica, justo después del Concilio Vaticano II. Las congregaciones religiosas eran invitadas a aggiornarse. Fue el tiempo en que dejamos las instituciones para vivir entre los pobres. Y ésa ha sido una característica de la vida de las mujeres: salir de las instituciones y vivir en las comunidades populares. Para mí era una vida llena de desafíos.
Desde que era estudiante quería cambiar el mundo. Siempre me pareció una injusticia que hubiera gente tan, tan rica y gente tan, tan pobre. Pensaba que algo se podía hacer. La vida de las monjas me parecía “un” camino, no “el” camino, que se ajustaba un poco a mi tradición familiar, donde había sido muy protegida y resguardada.

–¿Su familia era muy religiosa?
–No. Vengo de una familia de inmigrantes siriolibaneses, con todos los miedos que los inmigrantes tienen sobre todo con las chicas, que los lleva a no permitirles que salgan solas. Soy hija de la primera generación en Brasil. Luché mucho por ir a la universidad. Mis padres no querían. No por el hecho de no querer que yo estudiara, pero sí porque pensaban que el mundo podía ser peligroso para mí. Esas cosas nunca me entraron. Siempre he sido una rebelde. Siempre he sido una peleona dentro de las estructuras familiares.



–¿No se sintió limitada en el convento con ese espíritu tan rebelde?
–No puedo decir que no hubo cosas que me limitaban. Claro, hubo, como en todas las formas de vida. Pero una característica de mi congregación es que hay que respetar la libertad de las personas. Eso es muy fuerte. Y llega a veces a ser bastante contradictorio.

–¿Cuál es su congregación?
–Hermanas de Nuestro Señor, una congregación de origen francés, sólo de mujeres. Estamos en muchos países, Francia, Bélgica, Holanda, Inglaterra, Vietnam, Hong Kong, y en Latinoamérica, en Brasil y México.

–¿Cómo es el vínculo de las congregaciones de mujeres con el Vaticano?
–Oficialmente hay un vínculo de dependencia en el sentido de que la organización de las congregaciones es aprobada por el Vaticano. Algunas mujeres se han sometido, pero nosotras hemos querido hacer lo que creíamos, que era nuestra interpretación del Evangelio. Siempre hemos peleado incluso con el Vaticano, discutiendo nuestros textos.

–¿La suya es una congregación feminista?
–No. Hay poquísimas monjas feministas en la congregación. No sé si puedo nombrar más de cuatro conmigo.



–¿Cómo empezó a incorporar la conciencia de género?
–Yo pertenecía a la Teología de la Liberación. Siempre trabajé desde la perspectiva de la liberación de los pobres, de los movimientos sociales y políticos. El foco era cambiar el mundo desde los pobres. Yo sabía que existía el feminismo, conocía algo del feminismo norteamericano, brasileño y argentino. Pero en la Teología de la Liberación, sobre todo los varones más eminentes, nos decían que el feminismo era cosa de América del Norte, que el feminismo en Latinoamérica era importado.
En tanto militante de la Teología de la Liberación trabajaba en el Instituto de Teología de Recife dando charlas. Siempre, siempre había una sospecha en relación al feminismo. Hasta que mi camino y el del feminismo se cruzaron de muchas maneras. Una primera manera fue con una mujer de un barrio popular, adonde yo iba a dar clases para los obreros varones sobre la Biblia. Iba una vez por mes a la casa de uno de ellos, donde se reunían ocho a diez obreros. Estudiábamos la Biblia desde una perspectiva social, para fundamentar las huelgas, las reivindicaciones laborales.
Yo tenía siempre la lectura de la Biblia que confirmaba los derechos de los trabajadores. La esposa del dueño de casa nunca participaba de las charlas, se quedaba en la cocina, o nos traía café. Hasta que un día fui a visitarla sólo a ella y le pregunté por qué no iba a nuestras charlas. Me dijo que tenía que cuidar a sus niñas, que tenía que hacer café. Discutimos. Hasta que me dijo, casi enojada: “¿Quieres saber por qué no voy? Porque tú hablas como un hombre”.
Yo intenté defenderme. Ella me preguntó: “¿Tú conoces los problemas económicos que nosotras, mujeres de obreros, tenemos?” No. “¿Tú sabes que el viernes es el peor día para nosotros porque el sueldo del obrero sale el sábado y el viernes casi no hay comida?” No, yo le decía. “¿Tú sabes el tipo de trabajo que hacemos para aprovechar el sueldo del esposo?” No. “¿Tú sabes las dificultades sexuales que tenemos con nuestros esposos?” No. “Entiendes por qué no quiero ir a tus charlas, porque no hablas desde nosotras”, me dijo. Esa mujer me abrió los ojos. No me daba cuenta de que abría los ojos para mi condición de mujer en la Iglesia.

–¿Y cómo llegó al feminismo?
–Empecé a leer a las teólogas feministas norteamericanas como Mary Daly. Leí su obra Más allá de Dios Padre. Casi me morí porque ella criticaba casi todo lo que yo creía. Me tomaba las entrañas, empecé a pensar… Leí a Dorothe Sölle, una alemana, que hablaba de la complicidad de las iglesias cristianas con el nazismo y hacía una relación entre la figura del Dios padre y el general.
Cuando recién había entrado al convento yo había vivido de cerca la represión. Enseñaba Filosofía en una escuela pública y eran tiempos de la dictadura militar. Con una de mis amigas que era profesora de Química fuimos detenidas juntas, pero la policía a las dos de la mañana me dejó salir a mí y ella quedó detenida. Mi amiga pertenecía a un grupo político. La torturaron y finalmente cuando salió, al ver a los torturadores en la calle, terminó enfermándose y murió. Ese artículo sobre el nazismo me abrió las puertas para pensar la dictadura de Brasil y cómo también la religión se mezclaba en todo eso. Las manifestaciones en plazas públicas de Tradición, Familia y Propiedad con rosarios en la mano –no sé si aquí también se hicieron– para defender a la gente del comunismo y apoyar a los militares. También leía a muchas norteamericanas. Eso empezó a iluminarme.
La clave fue que un día me encontré con dos feministas en San Pablo, una de ellas me dijo: “Ustedes trabajan teología, ¿pero cuáles son los contenidos?”. Sobre Jesucristo y otras cosas, le dije. Y me preguntó qué cambio tenía eso en la vida de las mujeres, si yo trabajaba la cuestión de la sexualidad, si había enfrentado el tema del aborto. No, le dije. Y me di cuenta de que no conocía nada de las mujeres. Ese fue el comienzo. Me acerqué a grupos feministas de Recife como SOS cuerpo, democracia y ciudadanía. Decidimos programar tres encuentros entre feministas liberales y teólogas en Recife, San Pablo y Río. Desde ese momento, hice mi opción por el feminismo, alrededor de 1992.

–¿Qué la movilizó a involucrarse con la defensa de la despenalización del aborto, uno de los pecados más graves para la Iglesia Católica?
–Fueron muchas casualidades. Los grandes cambios en mi vida vinieron por azar. Yo apoyaba la causa por saber de mujeres que se habían hecho abortos en mi barrio y también entre las feministas. Las apoyaba como persona pero no tenía muy claras las cosas. Hasta que un día una de las feministas de San Pablo me llama por teléfono a Recife y me dice si podría dar una entrevista a la revista Veja sobre la Iglesia Católica y la formación de curas, y acepté. Hice la entrevista.
Al final, el periodista me pregunta en off the record si yo conocía casos de mujeres que se habían hecho abortos. En ese momento justo había ocurrido que una chica que yo conocía del barrio, que tenía ya cinco hijos y se había enamorado de un hombre que trabajaba en una estación de servicio, después de una noche juntos había vuelto a quedar embarazada. Ella tenía problemas mentales y se había hecho el aborto con misoprostol. Se lo comento. El periodista me dice que en ese caso el aborto no es un pecado. Yo digo: “Claro, no es un pecado”. Entonces, rompiendo el off the record, el periodista publica en la revista la entrevista diciendo que una monja católica está en contra de la hipocresía de la Iglesia y a favor del aborto. Me molestó que lo pusiera.

–¿Era la primera vez que usted se manifestaba públicamente a favor del aborto?
–Sí. Fue un lío total. El tema repercutió en la prensa nacional e internacional. Publicaron una foto mía con un crucifijo y la Virgen para hacer sensacionalismo con el tema. Eso fue en el 94 o 95. El obispo de mi diócesis me pidió una retractación pública. Yo no acepté. Le dije que sabía de los dolores de las mujeres. De pronto me vino un gran coraje. Pero me llegó una segunda carta pidiendo otra vez una retractación pública, querían que acusara al periodista de mentiroso. Me negué. En la tercera carta me avisan que iban a enviar un dictamen al Vaticano para abrir un proceso en mi contra. El Vaticano reaccionó y tuve que hacer muchas cosas.

–¿Cuál fue el castigo?
–Primero quisieron sacarme de mi congregación. Pero no lo consiguieron porque las autoridades de mi congregación no apoyaban el aborto, pero me apoyaban a mí. Me propusieron otra alternativa: salir de Brasil y volver a hacer estudios de Teología. Yo ya tenía una licenciatura y un doctorado en Filosofía. Me obligaron a estudiar de nuevo. En la carta del Vaticano decían que yo era una persona muy ingenua, que no había razonado desde las claves que la Iglesia negaba, y por mi ingenuidad me mandaban a estudiar para aprender de nuevo la doctrina católica. Querían que fuera a Europa.
Como ya había estudiado en Bélgica, decidimos que fuera allí. La gente ha sido muy buena conmigo. No tuve ningún problema. Hice otro doctorado allá. La contradicción es ésa: te condenan y después hasta se olvidan que te condenaron y te dan un doctorado en nombre del papa Juan Pablo II. Es casi chistoso.

–¿Con qué argumentos defiende la despenalización del aborto en una estructura como la de la Iglesia Católica, que condena tan duramente esa práctica incluso cuando se trata de un embarazo producto de una violación o corre riesgo la vida de la mujer?
–Ni en caso de fetos anencefálicos lo permite la Iglesia. Es algo espantoso. Hay una forma de hacer teología metafísica que naturaliza la maternidad, que te hace dependiente de un ser supra histórico. Yo hago la deconstrucción de ese tipo de pensamiento. En mi militancia por la causa de las mujeres, no sólo del aborto, trabajo en la teología feminista. Y ellos no lo aceptan. He tenido un segundo proceso por mi pensamiento también. Tuve que contestar tres páginas de preguntas. Si creo en la Trinidad, si creo que el Papa es infalible, cosas de ese tipo.
Lo que hago es la deconstrucción del discurso religioso justificador de la superioridad masculina. Justificador también de que hay una suprahistoria que nos conduce, deconstruyo qué es la naturaleza. Un obispo incluso justifica que se lleva a término un embarazo de un feto anencefálico porque Dios lo quiere, es de un primitivismo hasta chocante. Una persona más sencilla no dice una tontería como ésa. Mi trabajo es deconstruir eso y también la Biblia como la palabra de Dios. Yo digo: no es la palabra, es una palabra humana, donde se pone una persona a la cual se le atribuye, dependiendo de los textos, una característica. A veces Dios es vengador, a veces bueno, a veces manda matar profetas. Intento entrar por la línea del humanismo, donde el dolor del otro me toca, me provoca. Dios es más un verbo. Quiero diosar, quiero sentir tu dolor y quiero que sientas mi dolor. No hay una ley de arriba que dice “no hagas abortos” o “no mates”.
El hecho es que de muchas maneras nos matamos, incluso afirmando que no mates. La vida social es una vida de vida y muerte. Mi trabajo principal es la deconstrucción del pensamiento, de la filosofía, de la teología que mantiene estas posiciones en contra de las elecciones de las mujeres, en contra de los cuerpos femeninos, en contra de los dolores femeninos.
Y esto les molesta mucho, porque dicen que, según Santo Tomas, el alma masculina viene primero, para de nuevo demostrar la superioridad masculina, o sostienen que desde el principio de la unión del óvulo y el espermatozoide está el alma creada por Dios. Y ahora toman la ciencia del ADN para justificar sus posiciones.

–¿Qué contesta a esas argumentaciones?
–Digo cosas muy sencillas: el óvulo es una posibilidad de ser un ser humano, pero para poder ser un ser humano necesitas de sociabilidad, de vida. La Iglesia valora mucho más la vida del feto que la de las mujeres, y entonces mi pregunta es por qué la vida de las mujeres tiene menos valor. Hablan de la inocencia. Y yo digo: ¿Qué es la inocencia? ¿Por qué se habla de la inocencia del feto y no de la inocencia de la mujer que fue violada?
No son argumentos que convencen a todas las mujeres católicas, pero si puedo hacer un proceso de formación hay luces que se encienden. A veces me dicen: “El de arriba quiere esto”. Y yo le digo. “El de aquí, tú, tienes que decidir”. Lo que hago es siempre volver la responsabilidad no para el sacerdote, el obispo, a Dios, a la Virgen. El que decides, digo, eres tú. También hago la reconstrucción de algunas cosas del cristianismo. El cristianismo habla de la reencarnación.
Ellos creen que sólo Jesús encarna. No es así. Hay muchas corrientes. Lo divino está en carne humana. También ahí argumento. Y digo a las mujeres que hay que cambiar esa creencia. El divino habita en cada una. Es un poco por ahí que hago la reconstrucción de la teología y las filosofías que mantienen esta postura.

–¿Y en su congregación la apoyan?
–Me apoyan como persona. Hacemos una distinción. Yo estoy muy presente cuando me necesitan, si alguien está enferma, si me piden un texto para un retiro, para unas ancianas, también en mi barrio en Recife, con la gente sencilla, que me viene a decir que hizo una promesa. Yo escucho. Pero también tengo el otro lado, la cara de la intelectual, de de-constructora de las teorías dominadoras de la gente, no sólo de las mujeres: dominan también a los pobres. Me da pena ver la cantidad de iglesias neopentecostales en la televisión que toman la plata de la gente para hacer milagros y sacar el diablo de la gente: eso no es religión, es mercado, negocio.

–¿Por qué voces como la suya son tan aisladas dentro de la Iglesia Católica?
–Es que no nos dan ningún espacio. El Vaticano cerró el Instituto de Teología de Recife, donde yo trabajaba, porque nos decían que éramos comunistas, y no era una institución seria para la formación del clero. Después del cierre y por defender la legalización del aborto no tengo lugar en la institución como maestra con dos títulos doctorales, con más de 30 libros publicados y tantísimos artículos, porque les molesto.
Y también hay otro problema que es muy serio: tampoco tenemos lugar en las parroquias, en los lugares donde está la gente. Hay un convento de monjas de clausura cerca de mi casa, donde me invitaban a que fuera a darles charlas para que les contara cómo estaban las cosas afuera, y el obispo –no el actual, el anterior– las llamó por teléfono y les dijo que yo era una mujer muy peligrosa, que no me invitaran más. Los espacios de reproducción de este pensamiento son absolutamente escasos.



–¿Ha pensado en irse de la Iglesia?
–No, por coherencia con cierto feminismo y con el cristianismo. Porque irse significa también desconectarse de las mujeres, las que más sufren, todas son creyentes. Creo que las feministas no han trabajado suficientemente las cadenas religiosas de los medios populares, que son cadenas que consuelan y oprimen al mismo tiempo. No puedes ser feminista ignorando la pertenencia religiosa de las mujeres; si no son católicas, son de la Asamblea de Dios, o de la Iglesia Universal, o del candomblé o del espiritismo. Y en cada lugar de éstos hay una dominación de los cuerpos femeninos.
La religión es un componente importantísimo en la construcción de la cultura latinoamericana y, a tal punto, que aquí en la Argentina la conexión entre Iglesia y Estado es tan fuerte. En Brasil tenemos oficialmente la separación, pero en la cultura no. A la presidenta Dilma la han presionado, en la cultura, tanto que ya no habla más de su posición a favor de la despenalización del aborto. Se retractó. Hay que cambiar la Iglesia desde adentro.